GACETA DEL CHARRO / La huella de Romero Kiss

AutorGermán Dehesa

Con apoyo de los gobiernos estatal y municipal, se celebró la cuarta reunión anual de evaluación y seguimiento de esta indispensable herramienta ciudadana que es el IFAI. A las sesiones acudieron funcionarios públicos, académicos y estudiantes. A mí me tocó abrir plaza y en mi charla intenté, creo que con buen éxito, tender puentes entre lo que llamamos vida cotidiana y la permanente necesidad de saber por qué los políticos se comportan de tal o cual modo.

La ciudad de Guanajuato está limpia y ordenada. Uno de sus principales ingresos se lo proporciona la Universidad y esto hace que la ciudad en la tarde y en la noche se ilumine y se llene del bullicio de los jóvenes. Ahí los vi, en el Jardín de la Unión, tramitando amoríos desaforados y hablando de todos y de todo, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Lo peor es que sí lo tienen y esto a nosotros los otoñales nos provoca piquetitos de envidia y una nostalgia inmensa por regresar a aquellos tiempos donde hacíamos puras brutalidades, pero con una inconsciencia y un júbilo enormes.

Me gusta mucho de Guanajuato y de todas sus ciudades aledañas la respetuosa cortesía de los habitantes que jamás se ahorran un saludo, una venia, una bienvenida. Esto a mí me alivia enormemente. Allá en la Capital me la paso saludando gente, cediéndole el paso a las gacelas e intentando todas las maneras de salir de mí mismo y hallarme en el otro. En México ni me pelan, o bien se creen merecedores de todo y me devuelven un saludo feudal y despectivo. Aquí en Guanajuato todos sonríen, saludan de muy buena manera y lo de menos son esos besos que la prensa y los medios, a falta de otras noticias, se dedicaron a magnificar, aunque no contaban con la astucia de Romero Kiss que rectificó a tiempo y logró, con cierta chacota de por medio, que las aguas volvieran a su cauce y la paz se reinstalara en el complejo universo del erotismo guanajuatense. Ahora que llegué yo, todo estaba ya en sosiego, los estudiantes y, en general los habitantes, paseaban de ida y vuelta con paso calmo y de vez en cuando se detenían...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR