GACETA DEL CHARRO / Islas Marías

AutorGermán Dehesa

Actualmente, uno de mis sueños recurrentes es éste que ahora presentaré en una apretadísima sinopsis: yo estoy en la antesala presidencial en espera de ser recibido por el Señor Presidente. Le llevo de regalo un libro que ostenta un largo título, pero que ha pasado a la historia con otro mucho más breve, Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Es posible que Don Felipe Calderón ya lo haya leído, pero también es posible que tal título no haya llegado a Morelia y Don Felipe esté in albis con respecto a tan edificante lectura. En mi sueño, el libro es un mero apoyo documental para que el Presidente me conceda una petición: quiero que me regale una de las Islas Marías. Pretendo explicarle que no la quiero para hacer negocios, ni para convertirla en una de esas sangronadas que llaman "polo turístico". Nada de eso. La quiero para vivir en ella aislado (para eso son las islas) del mundanal ruido y de la gratuita, permanente e inútil escandalera que reina en México. Ya no quiero saber nada de Fernández Noroña, ni de Salinas, ni de Norberto Rivera, ni de Rafa Márquez, ni de Beatriz Paredes, ni de nadie. Ya me tronaron el chip. Creo que mi último viaje será este fin de semana a Monterrey y de ahí, si todo sale según lo planeado, me trasladaré a la María Cleofás, o a la María Magdalena, no así a la María Madre que ya está muy cargada de ratones, carteristas, saperos, retinteros, pungas y burócratas. Existe también la posibilidad de que, si anda de malas, el Presidente me asigne como residencia San Juanito que es un pinchurriento islote que está arriba de las Marías. En alguno de esos pintorescos sitios, como Fray Luis de León, yo he de cantar también la "Oda a la Vida Retirada", pero mi versión viene con room-service, SKY, una televisionsota...

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