La Gaceta del Charro/ Pasarse en limpio

AutorGermán Dehesa

La expresión es de Mario Benedetti, pero la tomo prestada por urgencia ontológica (del griego ¿on'toy?). Cual Segismundo calderoniano, experimento la sensación de que ya se me borró la raya entre la realidad, la imaginación, la catástrofe presentida y el mal sueño. Mi piña ya se hizo tepache y tengo la fundada sospecha de que ya se me metió un hacker en el cerebro y me lo está dejando del asco. Si me duermo, sueño alternativa o conjuntamente que soy parista de El Mexe, la mamá de Gloria Trevi, orador oficial de Labastida, el niño Eliancito, brazo derecho de los Arellano Félix, oceanógrafo zacatecano o palmera regiomontana. La Hillary comienza a verme como si estuviera yo enlamado y mis hijos me oyen hablar y se miran como si estuvieran calculando la dosis de Tafil que necesito. Sherlock Bucles que está a unas cuantas horas de ingresar triunfalmente a los cinco años de su edad, se apresta para la selvática celebración, pero no manifiesta mucha confianza en que su padre vaya a estar a la altura de los rumbosos festejos que se preparan. Difíciles momentos, ¡vive Dios! Como decía la tortuguita: ¡qué bueno que voy despacio, porque casi seguro voy mal! Quiero creer que no soy el único nacional que está empachado con la brutal sobredosis de información cruzada y mal jerarquizada que hemos recibido en las últimas semanas. El resultado es caótico: me asomo a mi chicloso universo mental y me viene el certero recuerdo de aquellos exámenes escritos que me entregaban mis alumnos de preparatoria; eran...

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