Genaro Lozano / Retroceso

AutorGenaro Lozano

"Cambio en la Iglesia, el Papa Francisco manifiesta apoyo a uniones civiles para parejas del mismo sexo. Esto es una ruptura significativa con sus predecesores", se leía en la nota del New York Times firmada por Jason Horowitz. Y las redes sociales ardieron. De un lado, quienes veían esto como un cambio progresista y lo aplaudían. Del otro, quienes se rasgaban las vestiduras. Y en una esquina más, quienes pensamos que la declaración no es ni sorprendente, ni progresista, sino todo lo contrario: un retroceso.

Desde los años 90 del siglo 20, el movimiento LGBT incorporó la búsqueda de algún tipo de reconocimiento legal para las parejas del mismo sexo. Dinamarca sentó las bases para esto al aprobar registros civiles en 1989 y a partir de ahí varias entidades siguieron. El estado de Hawaii y la ciudad de Nueva York fueron los primeros de EU en aprobar figuras legales que reconocían a las parejas gay y lésbicas, pero sin cambiar su estado civil. Para el movimiento LGBT era un avance y solo el comienzo. Pronto las uniones civiles se convirtieron en un objetivo a perseguir y en América Latina las ciudades de México y Buenos Aires discutieron las primeras leyes locales en ese sentido. En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la Ley de Sociedades de Convivencia fue introducida en el 2001 gracias al trabajo de colectivos lésbicos feministas.

Esa primera ola significó un avance importante para el movimiento LGBT. Por primera vez se discutía el reconocimiento legal de los amores diversos. Por primera vez las familias homo y lesboparentales existían en la discusión pública. Fue un primer momento de poner lo marginal en el centro, pero el costo fue alto. La iglesia católica, legisladores y grupos conservadores reaccionaron de manera virulenta. Cardenales y obispos amenazaron con excomulgar a quienes votaran a favor de estas leyes. Curas en pueblos y ciudades incorporaron mensajes de odio en sus sermones. La población estaba dividida prácticamente a la mitad en su apoyo a estas leyes. Las organizaciones LGBT tuvieron que hacer una gran labor de pedagogía social al hablar sobre por qué era necesario legislar. Las discusiones fueron lentas. Tan solo en el ex DF, las sociedades de convivencia tardaron 5 años en...

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