Germán Martínez Cázares / 'Efecto corruptor'

AutorGermán Martínez Cázares

Simplemente de horror y vergüenza: en Ayutla, Guerrero, un "tribunal pirata" autollamado popular, con la ley del "ojo por ojo-diente por diente", exhibe y encarcela a unas personas, ante el disimulo de gobiernos, políticos y sus comentaristas, mientras varios de ellos piden cuentas con dedo flamígero y acusador a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por "liberar" a Florence Cassez.

En Ayutla, justicia por propia mano; en la SCJN, control constitucional a las resoluciones de los jueces. En Ayutla, escarnio y frenesí vengador; en la SCJN, exigencia a la autoridad de cumplir con el "debido proceso". En Ayutla, encapuchados empuñan armas y obligan a desfilar a sus víctimas frente a su sanedrín autóctono; en la SCJN, se examina el respeto escrupuloso de la Policía a los derechos humanos. Ley del talión frente al Estado de derecho. Desquite frente a imparcialidad. Barbarie contra civilización.

El "caso Cassez" dejó claros los daños -"efecto corruptor" le llamó categóricamente el ministro Arturo Zaldívar- de procurar justicia y aplausos ciudadanos al mismo tiempo, o de buscar razones fuera de la ley para impartir justicia.

Cassez salió de prisión porque la autoridad quebrantó los ritmos y maneras impuestos por la Constitución para privar de la libertad a una persona, porque la Policía utilizó pruebas viciadas al dar primacía al espectáculo en detrimento del cumplimiento del proceso legal; por atender a la prensa, antes de garantizar la protección consular de un extranjero.

Comer ansias por cantar victoria mediática frente al crimen, aunque las probanzas fueran débiles en los juzgados, fue un error en el anterior sexenio. Y se está pagando caro. El "michoacanazo", la noticia falsa de atrapar al hijo de El Chapo, la teleserie pagada para lucir a la Policía Federal, las campañas publicitarias de narcos abatidos y los sobrevuelos cinematográficos de helicópteros a la larga "corrompieron" no sólo al expediente judicial de Cassez, sino todo el sentido de la lucha necesaria, buena y útil que contra la delincuencia emprendió, como nadie en la historia reciente, el ex presidente Calderón.

No fue lo mismo con el éxito rotundo del calderonismo al extinguir la gravosa Compañía de Luz y Fuerza del Centro. En sigilo, sin "dar nota" antes de tiempo, con pericia, atendiendo a la ley y a sus procedimientos, el gobierno federal puso fin al insultante sindicato de electricistas, cuya historia también cerró para siempre la Suprema Corte de Justicia.

Ese "efecto...

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