Graco Ramírez Garrido/ No a los caciques

AutorGraco Ramírez Garrido

La figura de los caciques ha sido parte intrínseca de nuestra historia, es en el sincretismo de nuestro mestizaje la figura del gobernante indígena y la del señor feudal de la España medieval. En el porfiriato se les llamaba jefes políticos y ocupaban también el cargo de Gobernadores. Una regla no escrita era que el designado, entre menos arraigo local, más fortaleza del centro tenía. Señores de horca y cuchillo, entre más mano dura, mayor hegemonía local. Los hacendados eran dueños de vidas y tierras. Su eficacia económica se sustentaba en que los peones eran acasillados y su sustento dependía del señor hacendado. La tienda de raya fue el instrumento para someterlos a deudas eternas. El dueño de la hacienda, sus hijos y capataces, tenían el derecho de pernada con las mujeres e hijas de los peones.

Cuando surgió el PNR se organizó el cónclave de los nuevos cacicazgos, un importante número de Generales triunfadores de la Revolución se repartieron las haciendas para sí y se convirtieron en prósperos rancheros. Gonzalo N. Santos sobrevivió hasta los años cincuenta dueño del poder político y económico en San Luis Potosí. Memorable aquella frase suya de que, en política, la moral era un árbol que daba moras.

El presidencialismo convirtió al jefe del Ejecutivo en el cacique mayor. Adolfo López Mateos alguna vez dijo: los caciques duran hasta que el pueblo quiere. Los Gobernadores ejercían su mandato por la decisión presidencial, no por el voto ciudadano. El Presidente en turno decidía cuál era el favorito. El escogido tendría todo el poder durante seis años. La renovación sexenal permitía la renovación de los arreglos con los caciques regionales. Para los toros del jaral, los caballos de allá mesmo.

En el sur del territorio nacional se mantiene el mayor atraso social y económico, lo que facilita que prevalezcan aún los viejos y nuevos cacicazgos. En la región de Huitzuco, Guerrero, los hermanos Figueroa emprendieron un floreciente emporio económico y político. En los años setenta Rubén Figueroa, padre, fue Gobernador. Su heredero, del mismo nombre, cuando más tarde ejerció la Gubernatura de ese estado, facilitó la matanza de Aguas Blancas. A raíz de este hecho, se vio obligado a renunciar, pero aún sigue decidiendo candidaturas y cargos importantes.

En Oaxaca, Diódoro Carrasco fue Gobernador y su padre es un reconocido cacique regional. El actual Gobernador José Murat sufre su acoso y por ello se asocia al destino de Roberto...

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