Guadalupe Loaeza / El caos y la belleza

AutorGuadalupe Loaeza

Estoy en Monterrey. Me encuentro en el Centro de las Artes III, en la nave llamada "Generadores". En unas horas, es decir, a las 8:30 pm, se inaugurará la exposición: "Carol Brown Goldberg: Abstracción del Nuevo Milenio". Esta muestra ha estado viajando, con mucho éxito, por toda España; estuvo en Casa de Vacas, en Madrid; en la Sala de Exposiciones Molinos, en Murcia, y en el Museo Fundación Gabarrón, en Valladolid. Gracias al Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León y al American University Museum la podrán ver miles de regiomontanos.

Cuando conocí a Carol Brown Goldberg, lo primero que me llamó la atención fue su aura, es decir, la luz que emanaba una personalidad no nada más carismática, sino compleja. Había algo en su obra que me intrigaba enormemente, algo aterrador, pero también algo que tenía que ver con la belleza.

Si asumo que no soy una gran conocedora del arte moderno, y menos del abstracto, ¿qué es entonces lo que me atrae de la pintura de Carol? Refirámonos a sus obras más recientes, realizadas entre los años 2007 y 2008. Intentaré explicar lo que me quieren decir todos esos círculos que se repiten una y otra vez hasta el infinito. Cuando los miro, sin pestañear, por un buen rato, empiezo a sentirme de más en más atraída por la luz del centro de la obra, característica consistente de la pintura abstracta de Carol. Enseguida surgen en mí enormes deseos de traspasarla. Pero tengo miedo, bien podría tratarse de la luz que dicen descubrir los que están a punto de morir. ¿Y si, al contrario, se tratara de una invitación para descubrir un mundo mucho mejor? Es el centro aureático de Goldberg, lo que me intriga. ¿Qué hay detrás de esa luz tan seductora? ¿Por qué a veces percibimos una silueta o una puerta? Sí, tengo deseos de meterme en el mundo de Carol, tengo la impresión que ella ya entendió algo que yo no he comprendido y que ni siquiera me he preguntado.

Con toda llaneza le pido me explique su pintura. Me mira. Sonríe y me dice:

"Tres años después del 11/9, empecé a pintar la serie que comprende esta exposición. Así es que el trabajo comenzó en 2004, y desde entonces he pintado más de 100 pinturas. El efecto del vidrio pulverizado en pigmento lo agregué en 2006. Todo esto surgió en mi imaginación a raíz de la tragedia del 11/9, lo cual afectó a todos los americanos. La combinación de caos y belleza me cautivó. Al derrumbarse las Torres Gemelas emanaron millones de partículas de vidrio pulverizado, las cuales a la luz...

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