Guadalupe Loaeza / Faith Marie

AutorGuadalupe Loaeza

No, no se trató de un fuego cruzado. Fue una matanza fulminante contra las tres mujeres y los seis niños de la familia LeBarón. Como le dijera el investigador Edgardo Buscaglia a Carmen Aristegui, lo ocurrido el lunes pasado se trató de "una atrocidad con características terroristas". Mientras, en otros países del mundo, donde también padecen este tipo de violencia, reconocen sin vergüenza que son actos de terrorismo, "no están pensando como el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en la imagen de México. Primero está la sangre de México, la vida de los mexicanos y después el tema de la imagen".

No, no se trató de un fuego cruzado, incluso Christina Marie Langford, de 29 años, quien viajaba acompañada de su bebé Faith Marie, de 7 meses, al ver al grupo armado, como de rayo bajó de la Suburban y con los brazos en alto les gritó que había niños en las camionetas. A pesar de sus súplicas, los sicarios la acribillaron, al igual que a Rhonita, de 30 años, y a sus cuatro hijos: los gemelos Titus y Tiana, de 8 meses; Krystal, de 10 años, y Howard, de 12, cuyos cadáveres quedaron totalmente carbonizados al interior de otra camioneta: "Había una bolita ahí, ni la cabeza estaba completa", dijo Adrián LeBarón, padre de Rhonita (El País).

No, no fue un fuego cruzado ni tampoco una confusión por el tipo de las tres Suburban, "similares a las que utiliza habitualmente el crimen organizado en la zona", según la explicación que dio el general Homero Mendoza. Kendra Lee Miller, cuñada de Rhonita, tiene bien claro lo que realmente sucedió, tal como lo explicara a CNN: "Fue un ataque orquestado por el Cártel en Sonora, donde vivimos, y eligieron a nuestra familia para iniciar una guerra. El auto fue después incendiado con toda la intención para cubrir las evidencias" (Reforma). Además de las camionetas de Rhonita y Christina, en la comitiva iba otra Suburban, donde fueron asesinados Dawna Ray Langford, de 43 años, y dos de sus hijos, Trevor y Rogan, de 11 y 2 años. Con ella también viajaban sus hijos Kylie, Devin, Mckenzie, Cody, Jake, Xander y Brixon. Ellos lograron sobrevivir gracias a Devin, de 13 años, quien sorteó el tiroteo -que dejó 200 cartuchos en el suelo de M16 y R15- y en un dos por tres reunió a sus hermanos, los escondió entre los arbustos, los cubrió con muchas...

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