Guadalupe Loaeza / S.O.S.

AutorGuadalupe Loaeza

¡¡¡Auxilio!!! ¡¡¡Socorro!!! Necesito ayuda. Estoy enferma. Padezco de una enfermedad terrible. Un padecimiento que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. ¿A quién acudir si todo el mundo está de vacaciones? ¿Dónde estará mi psicoanalista (doctor Julián Mayer), dónde mi gastroenterólogo (doctor Jorge Goldberg) y dónde mi cardiólogo (doctor Manuel Cárdenas)? Me urge encontrarme con cada uno de ellos para que me curen, me expliquen y me tranquilicen. Nunca imaginé que viviría esta Semana Santa con tanto dolor y decepción. Señor, ¡ayúdame! Espíritu Santo, fuente de luz, ¡ilumíname! Virgen de Guadalupe, ¡no me desampares! ¿Qué habré hecho para ser víctima de tantas incertidumbres? No, no es broma. Ojalá lo fuera. Mas no lo es. Estoy, efectivamente, sufriendo. No faltará quien piense que soy una ridícula. Es cierto. Las razones por las que sufro podrían parecer absurdas. No obstante se trata de un mal horrible del cual, ingenuamente, me sentía tan alejada. Creía que era inmune a ella. Según yo estaba vacunada y, por lo tanto, juraba que nunca de los nuncas terminaría contaminándome. "Yo de eso jamás me voy a enfermar. Sólo se enferman los que en el fondo son débiles, mezquinos, egoístas y no saben de compromisos. Ésos nunca se la juegan y siempre parecen flotar en aguas muy dulces, es decir que bailan al son que les toquen... Pero afortunadamente no es mi caso. En ese aspecto me siento sumamente segura respecto a lo que creo y quiero para mi país. Yo sí sé en quien sí y en quien no confiar. Lo tengo muy claro...", me decía convencidísima apenas el lunes, sintiéndome fuerte, vital y con muchos ánimos de seguir adelante. Pero ayer amanecí con un malestar muy extraño. No me podía levantar. Sentía un profundo vacío. Era como si durante la noche por una extraña razón alguien o algo me hubiera vaciado por completo. A pesar de que me sentía totalmente vacía, una pesadez muy desagradable me impedía incorporarme. Intenté volver a dormirme, en tanto oía las noticias que hablaban de la jornada electoral del domingo para elegir al presidente del PRD. Y conforme Solórzano entrevistaba al senador por el PRD Arturo Núñez mi malestar se iba incrementando de más en más. "Son las 7:45 de la mañana", dijo de pronto el conductor. "¡Mentiras!, o es más temprano o es mucho más tarde. Han de ser las 8:15 am", me dije con una sonrisita malévola en los labios. Fue a partir de ese momento en que entendí lo que me estaba sucediendo...

-Híjole, ahora sí creo que ya me dio -le...

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