Guadalupe Loaeza / 'El vampiro'

AutorGuadalupe Loaeza

"El vampiro" tiene anemia. Así llegó de enfermo tras cinco meses de cárcel en España. De allí que al arribar a la Ciudad de México, en la madrugada del viernes 17 de julio, lo trasladasen como de rayo a un hospital privado. Desde entonces nadie sabe nada de nada de un testigo esencial de los actos de corrupción más inimaginables del viejo régimen.

-Hay que cuidarlo mucho; que no se enfríe, tenemos que tomarle su temperatura constantemente. Como al señor le diagnosticaron anemia, hay que darle sus vitaminas y cuidar que sus alimentos estén muy bien balanceaditos. ¿Te das cuenta que de él depende que se siga limpiando la corrupción y la posibilidad de que nos retachen por lo menos 200 millones de dólares, lo que significó el sobreprecio de la planta de fertilizantes? A chaleco tiene que devolver la lana. ¿Sabes por qué, amiga? Porque le pertenece al erario, o sea, a nosotros. Por eso hay que cuidarlo como a "la niña de nuestros ojos", ¿me entiendes? -le decía a su compañera, muy quedito, a través de su cubrebocas, la enfermera de la habitación del testigo protegido.

-Ya me lo había advertido el doctor. Me dijo que estuviéramos súper al pendiente del señor y que no se dejara pasar a nadie a su habitación. Oye, ¿es cierto que le dicen "El vampiro"? -comentó la enfermera 2 casi en susurros.

-Así le llaman porque no puede dejar de "chupar", o sea, de robar. Y como no ha "chupado" desde hace meses, por eso está tan anémico y todo dado al cuas. Además tiene el esófago bien fregado.

-Aunque el señor sea un súper ratero, como que me da lástima; pobre, porque se ve muy jodido. Oye, ¿no tendrá el Covid?

-Que se te haga chicharrón la boca. Por eso lo vienen a ver tantos doctores. ¿No ves que es un testigo que vale oro molido?

-Si es un corrupto tan, pero tan importante, ¿por qué lo trajeron para acá, en lugar de llevárselo al hospital del Ejército? Allá hubiera estado mejor cuidado. No que aquí, estamos todos con el Jesús en la boca... Imagínate si le pasa algo... -opinó la enfermera 2, bajándose ligeramente su cubrebocas.

-¡Híjole, no jodas! ¿Por qué crees que lo tienen tan aislado? Tres doctores, tú y yo somos los únicos que podemos entrar a su cuarto. Yo nunca había cuidado a un paciente tan protegido. Ha de saber un chorro de cosas horribles de todos los pinches políticos de antes, de los del PRI, PAN y hasta del PRD. Si el señor suelta toda la sopa, sería la primera vez que tendríamos la oportunidad de conocer los nombres de los...

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