Guadalupe Loaeza / ¡Yalitza!

AutorGuadalupe Loaeza

No hay nada más contrastante dentro de un típico hogar mexicano que el cuarto de una patrona y el de la sirvienta, criada, trabajadora del hogar, o simplemente "maid", como las llaman las que se sienten muy "ladies". No importa la colonia, nivel social o económico, por lo general, la diferencia entre estas dos habitaciones es apabullante. Sin embargo, entre más espléndida y lujosa resulte la casa, el contraste es aún mayor. Imaginémonos que nos encontramos en el interior del cuarto de la trabajadora doméstica de una súper mansión de Las Lomas, Polanco, San Ángel o Pedregal con su respectivo walking closet para él y para ella. Después de haber subido una escalera de caracol llena de vueltas abrimos la puerta del cuarto de servicio. De pronto, nos envuelve un olor a fruta madura, crema para el cuerpo (la rosa) y ropa recién planchada. El cuarto no mide más de tres por tres y está pintado de azul claro. El techo tiene humedad y las paredes están un poco escarapeladas. Hay dos camas de fierro individuales. En la cabecera de una de ellas vemos un cojín. En el centro lleva un corazón bordado y dos palomas sosteniendo un listón donde se lee: "Tuyo es mi corazón". La otra nada más tiene una sábana y cobijas viejas. Entre las dos camas hay una mesita repleta de cosas: un radio, pinturas de uñas usadas, dos tubos de plástico, pasadores, cepillos con cabellos muy negros, enredados, la mitad de una naranja pelada, un desodorante, una botellita de crema para las manos, una loción, un florerito con tres flores de plástico y un portamonedas. El piso está cubierto de linóleum. En medio, entre las dos camas, aparece un retacito de alfombra de la que sobró de la sala de los patrones, y un ejemplar de la revista en cuya portada aparece Yalitza Aparicio. Sobre los muros hay un póster del Papa y un calendario de la Virgen de Guadalupe. A un lado está un armario; una de las puertas está abierta y en el interior vemos: tres uniformes de cuadritos rosa y blanco, una falda negra sumamente vieja (regalo de la patrona), cuatro blusas de poliéster y seis vestidos con estampados. En el piso del mueble se ven varios pares de zapatos muy usados (obsequio de la patrona), tennis y un par casi nuevo de tacón alto. A un lado está un armario muy bajito sobre el cual aparece una televisión, la cubre ligeramente una...

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