Guadalupe Loaeza/ Totalmente Chiapas

AutorGuadalupe Loaeza

Más que Palacio, soy totalmente Chiapas. Sobre todo después de conocer los resultados de las elecciones para Gobernador del domingo, en la cuales ganó, "but of course", Pablo Salazar Mendiguchía. Soy totalmente Chiapas, porque siento que su pasada jornada electoral fue una espléndida lección de civismo y de congruencia de lo que son, hoy por hoy, los chiapanecos. Ellos también ya estaban hartos del PRI; de promesas incumplidas; de fraudes electorales; de años de carencias elementales; de Gobernadores corruptos; de manipulaciones; de los paramilitares; de las mentiras de Albores, etcétera, etcétera. A ellos también ya les urgía un cambio; un poquito de esperanza. Por eso muchos desplazados caminaron más de 13 kilómetros para votar. Miles de ellos caminaron entre el lodo de las montañas y se fueron hasta sus aldeas de origen de donde fueron expulsados por grupos paramilitares. Híjole, ¡cuántos apellidos como: "Pérez" y "Arias" y "Hernández" y "López" y "Cruz" formaban las largas listas de empadronados! ¡Cuántas mujeres tzotziles llegaban a votar con unas sonrisotas, vestidas con sus huipiles y chales bordados con pájaros y flores en colores fiushia y azul petróleo! ¡Cuántas esperaban muy bien formaditas mientras amamantaban a su bebé, a la vez que cuidaban de sus otros hijos colgados a sus largas faldas negras! ¡Cuántos familiares de los 45 que mataron en Acteal el 22 de diciembre de 1997 llegaron ante las urnas, a pesar de que estaban muertos de miedo por haber reconocido, entre los responsables de la votación, a muchos de sus asesinos! "No quiero verles las caras, siento bien feo. Masacraron mucho, no estamos viviendo en nuestras casas, vivimos de prestado por culpa de ellos", le dijeron algunas a Marcela Turati, enviada de nuestro periódico. Pero el domingo, en Chiapas, finalmente los chiapanecos superaron el miedo; la compra de voto; los "mapaches" y los inevitables "acarreados". Le pintaron un "violín" al "voto del miedo"; a las amenazas y a los hostigamientos en contra de los representantes aliancistas y a los promotores del voto para Sami David David.

Como diría Carlos Monsiváis respecto a las elecciones del 2 de julio, el domingo pasado, en Chiapas también triunfó "el har-taz-go". "Yo estoy harto; tú estás harto; nosotros estamos hartos; ustedes están hartos; ellas y ellos están hartos", era el verbo "estar" más conjugado en el estado de Chiapas. Pero ahora, por fortuna, los chiapanecos nada más lo conjugarán en el pasado: "Yo estaba...

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