Guillermo Velasco Barrera / Comunicación en la era AMLO

AutorGuillermo Velasco Barrera

La verticalidad y centralización con la que operará el nuevo Gobierno federal, de lo cual hemos tenido evidentes señales a lo largo de estos meses, abarcará también todo lo concerniente a la comunicación, lo que incluye la política respecto a los medios, la publicidad y la definición de las estructuras con las que la nueva Administración no sólo informará sobre su trabajo, sino pretenderá una verdadera transformación cultural y un profundo adoctrinamiento político.

Vamos por partes. Un primer mensaje del nuevo estilo para manejar la comunicación es la centralización de esta actividad en la Presidencia de la República. López Obrador señaló desde hace varias semanas que, con el propósito de cumplir con la promesa de tener un gobierno austero, ya no habría oficinas de comunicación en las Secretarías de Estado, sino que la difusión de la actividad del nuevo gobierno se concentraría en una sola estructura, de la cual estará al frente Jesús Martínez Cuevas, ex director de Regeneración, el órgano oficial de difusión de Morena.

Dicha decisión no tiene nada que ver con un criterio de austeridad, sino con el claro propósito de controlar de forma absoluta, con los criterios del Jefe Máximo, todo mensaje que provenga del Gobierno. Tal esquema de comunicación ha sido algo característico en regímenes totalitarios del pasado y del presente, en donde un órgano central define y opera la propaganda oficial.

Pero el tema va más allá de la comunicación, ya que lo que se busca es un paulatino pero constante adoctrinamiento a favor del proyecto político, que garantice una base social amplia, radicalizada, activa e incondicional al líder, incluso cuando al paso del tiempo la popularidad vaya menguando.

En esa lógica transformación "cultural" se entiende el nombramiento de Rafael Barajas (El Fisgón) como director del Instituto de Formación Política de Morena, en el que participarán también John Ackerman, corresponsal del Russia Today, y Elena Poniatowska, entre otros. En esta vertiente destaca también la labor del productor Epigmenio Ibarra, el genio de la narrativa de AMLO, y el cineasta Luis Mandoki, un incondicional del Presidente electo que rechazó ser director de Imcine, pero previsiblemente estará a cargo de la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía.

Y es que otra señal...

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