Gusto adquirido

AutorWendy Pérez

"Cuando era niño siempre me llamaba mi mamá para que le ayudara con la leña para hacer el mole", comienza compartiendo Bernabé Soto, al recordar su acercamiento con la cocina.

"Usábamos cazuelas de barro y el metate, y nos ponía a preparar mole. La cocina era un tema de programarse, como en este caso que había que desvenar los chiles, dejarlos secar al Sol por días, tostarlos en el comal con la leña y molerlos con las especias. Me fascinaban esos aromas que surgían al mezclar los ingredientes", agrega este cocinero, hoy propietario de Soto Bistro.

El recuerdo de su mamá Mercedes Luz, más que nunca cobró sentido tras pasar de ser un posible médico, a lo que la vida le fue exigiendo, trabajar desde muy joven para apoyar en la manutención de sus hermanos en Tlatlauquitepec, Puebla.

"Yo no asistí a una escuela como tal, pero desde los 15 años entré a una cocina como limpiapisos en CDMX; yo en ese momento quería ser médico y el destino me llevó a un restaurante y, poco a poco, comencé a cocinar. Era una cadena americana, ahí aprendí mucho, duré 11 años, luego brinqué a un hotel boutique donde conocí a Juan Claudio Poblete y empezamos a trabajar juntos", explica Soto.

Con Juan Claudio emprendió su viaje a la que sería su casa, Guadalajara.

"Aterricé en 2008 para abrir Hemingways, muy ilusionados...

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