Herbert Taylor/ ¿Guerra o desencuentro

AutorHerbert Taylor

En estos días hemos sido sorprendidos con una serie de notas que tienen que ver con el crimen organizado, una de ellas es el llamado del Presidente Zedillo diciendo que los criminales deben estar en la cárcel, que su lugar no son las calles. Cualquiera podría decir que estas afirmaciones son naturales, son automáticas y que es obligado que un Presidente hable en ese tono al crimen organizado, pero lo que es raro, en primer lugar, es que sea dicho en época electoral, pretendiendo presentar a un Ejecutivo muy enérgico y decidido a combatir el crimen, como si en verdad estuviera en la batalla, cuando han pasado cinco años y la delincuencia no se encuentra controlada. ¿Qué es lo que se hizo durante este tiempo? ¿Cuál fue la relación que se vivió, durante toda su Presidencia, entre ellos? ¿Cuál fue el trato que se le dio al crimen organizado? Parece que no se está dando una guerra, sino más bien un desencuentro.

La nota que nos lleva a la reflexión es aquélla que dice que el crimen organizado asesinó al encargado de la seguridad pública en Tijuana; los periodistas presentan este hecho como la respuesta por parte del crimen organizado al Presidente Zedillo después de haberlos retado hacía apenas 48 horas antes con una guerra.

Lo que es claro es que, hace seis años, en Tijuana fue asesinado el entonces candidato del PRI Luis Donaldo Colosio y que pocos días después fue también asesinado el encargado de la seguridad de Tijuana, quien decía saber muchas cosas en relación con la muerte de Colosio. Se culpó a alguien de la PGR de ese asesinato, el que poco después también fue asesinado en otro estado de la República. Lo que es cierto es que en México el crimen organizado está circulando por las calles del País como si nada.

Es indudable que el crimen organizado, el narcotráfico, el robo de autos, el secuestro, la prostitución no sólo de mujeres y hombres, sino la de infantes deben, sin lugar a duda, ser sustentados por una relación corrupta y protección estrecha de las autoridades; operan corrompiendo las estructuras de poder, o al menos esa es la teoría clásica, pero los analistas del crimen organizado sostienen que existe una gran diferencia entre el Gobierno que enfrenta a la delincuencia, el Gobierno que ha sido corrompido por el crimen, del que después es respetuoso colaborador, y algo muy diferente es cuando el Gobierno ha corrompido al crimen organizado. Parece broma, pero es claro que, en momentos y lugares, el Gobierno es mucho...

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