Hidratación sin pérdidas

AutorAdrián Basilio

El ejercicio se puede realizar hoy en día prácticamente en cualquier lugar durante todo el año, haga calor, sople viento ligero o fuerte, llovizne o el termómetro se desplome. Eso sí, en cualquiera de estos escenarios la hidratación debe cuidarse porque el organismo pierde líquidos sin importar el clima.

Sin embargo, durante la temporada invernal no se experimenta tanto calor y disminuye la sensación de sed, teniendo como reacción bajar la ingesta de bebidas, lo mismo es si corres o haces otra actividad física.

Eso implica un riesgo, porque dejar de consumir líquidos por esa aparente ausencia de sed puede llevar a una deshidratación y uno de sus efectos indeseables es la aparición temprana de la fatiga.

Al disminuir el consumo de bebidas frías o a temperatura ambiente durante el entrenamiento o carrera, los corredores se pueden deshidratar al no percatarse de que, pese a las bajas temperaturas, el cuerpo sigue perdiendo líquidos.

Igual, ante el frío, tiende a ser menor el consumo de alimentos que aportan agua, como las frutas.

A esto se le suma que, al vestir ropa abrigadora, la deshidratación es mayor porque el calor corporal generado aumenta y no se percibe porque el sudor se evapora más rápido ante el clima gélido y seco.

Aún más: el viento frío también incide en la deshidratación.

Médicos del deporte destacan que al ser más árido el aire en esta época -hay menos humedad en el ambiente- la garganta se reseca alterando la respiración, en la cual impacta también la altura de la Ciudad de México, con su menor presencia de oxígeno, lo que acelera las inhalaciones y la pérdida de agua por esa vía.

Ante este panorama, entrenadores y médicos del deporte sugieren a los corredores mantener...

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