Si los hoteles hablaran...

AutorJuan Carlos García

ENVIADO

LOS ÁNGELES.- Un día, se abre el elevador y aparece Sting, quien se dirige a una sala de juntas. Otro, Kiefer Sutherland espera a una cita sentado en el lobby. Y tampoco es raro que dos celebridades se topen en el vestíbulo, como ocurrió una vez a Clint Eastwood y el productor Jerry Bruckheimer.

En el restaurante, Mena Suvari desayunaba claras de huevo y té con miel cuando Matt Le Blanc se acercó a felicitarla por una campaña publicitaria.

¿Dónde confluyen todas estas estrellas y otras, como Renée Zellweger, Steven Spielberg, Cassey Affleck, Marcia Gay Harden, Beyoncé, Mariah Carey? Sólo en el hotel Four Seasons de Los Ángeles.

Con tanta gente famosa, resulta difícil que lo que sucede ahí se mantenga en secreto. Al menos no todo.

Este hotel es, junto con el Beverly Hilton, el Península y el Beverly Wilshire, uno de los predilectos para organizar eventos promocionales para filmes, encuentros para cerrar negocios y, claro, instantes de relax.

Con tres décadas en funcionamiento, este inmueble ubicado en Doheny Drive guarda en su historial no escrito miles de anécdotas memorables.

Entre las más recientes, cuando Guillermo del Toro se hospedó ahí tras su victoria en los Óscares del año pasado, y tras terminar su actividades pidió tomarse foto con el staff junto con su galardón...

O cuando Jennifer Lopez rentó siete suites para ella y sus chamacos, y en dos instaló juegos, consolas de video y nanas para tenerlos entretenidos mientras trabajaba en la promoción de su película Second Act.

Tres empleados del hotel, quienes pidieron permanecer en el anonimato, cuentan algunos pasajes recientes del Four Seasons, considerado por famosos como Jennifer Lawrence, Trent Reznor, Pharrell Williams y Eric Clapton, como uno de los mejores por el trato de sus empleados y su toque de sobria elegancia.

"Hemos visto a tantas estrellas, que es imposible recordar a todas, la verdad. Y tenemos como política no mencionar nada de lo que vemos, aunque a veces se sabe porque ellos suben a sus redes sociales algunos detalles.

"Eva Longoria, por ejemplo, suele organizar sus eventos con nosotros, como el día de Acción de Gracias, que rentó el salón privado del restaurante (Culina) y tuvo a unos 25 invitados. Pagó miles de dólares por el banquete y se veía feliz, irradiaba jovialidad", cuenta una de las empleadas del turno nocturno del lugar.

A la entrada se encuentra la inconfundible escultura-estatua de Marilyn Monroe, de J. Seward Johnson, junto a la cual se toman...

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