'Imitan' a grandes penales de Jalisco

AutorFrancisco Junco

"¡Luis Hernández Pérez!", grita al pasar lista el encargado de una de las cárceles municipales, donde los reclusos y los guardias intentan establecer un sistema de reclusión como en las grandes penales.

Y el recluso con voz firme y fuerte responde "¡preso, señor!", mientras los demás reos uno tras otro, caminan en círculo en un patio de 5 por 5 metros.

Como si fueran centros de readaptación social, sin tener las mismas características e instalaciones, las cárceles municipales intentan funcionar como "minirreclusorios" que se encuentran ubicados en ocasiones, en plena plaza central de los municipios.

Sin embargo, lo único que han logrado "exportar" es la existencia de grupos de poder que controlan a los demás internos y que gozan de ciertos privilegios, solapados por los celadores.

En Chapala, donde pudo ser removida del edificio del Ayuntamiento por la remodelación que se realizó al edificio viejo, la cárcel municipal se encuentra a cinco cuadras de la zona habitacional más marginada de la zona ribereña.

En un lugar conocido oficialmente como "El Módulo Cuatro", una casa habitación adaptada como cárcel regional de Chapala, los 32 internos obedecen las órdenes de quien sólo se identificó como "El Ranger", quien se jacta de que es el que controla a la "raza".

"El Ranger" es un personaje que se puede encontrar en otras cárceles municipales, ya que en otros centros de reclusión también existen internos que controlan grupos de poder para obtener privilegios.

Entrevistado en el espacio que tienen como patio central, "El Ranger", quien desde hace dos años se encuentra en ese "minipenal", asegura que cuando una persona llega al lugar le leen la cartilla" para tener una permanencia tranquila.

"A uno nuevo le decimos que de entrada le va a tocar el aseo, para salir afuera (patio) no más pa' tomar agua y debe ponerse sandalias ... después de meterse al baño debe secar y las llamadas al teléfono (un público que tienen dentro de las instalaciones) es de lunes a sábado de nueve a cinco de la tarde", señala "El Ranger", mientras da una bocanada a un cigarrillo.

"Y puede hablar las veces que quiera, pero nomás en ese horario, y los domingos (día de visita) no se puede hablar, pues se supone que ahí está la familia, esto es un arreglo entre nosotros".

Aclara que si llega un "lidercillo" que no quiere acatar esta orden, le aplican el castigo de la "quebradora", que consiste en amarrarlos con las manos arriba en las rejas, en principio por dos horas, pero si...

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