La importancia de llamarse Wilde
Autor | Erika P. Bucio |
Modelo de ironía e ingenio, mártir del paganismo, paradigma de la doctrina del "arte por el arte" y víctima de la intolerancia de la sociedad victoriana, en eso radica la importancia de llamarse Oscar Wilde (Dublín, 1854 -París, 1900). A 150 años de su nacimiento, tiene aún vigencia la confesión que hiciera a André Gide: "He puesto todo mi genio en mi vida, y en mis obras sólo he puesto mi talento".
Modelo de ironía
Oscar Wilde es múltiple: un escritor excepcional, un dramaturgo de una musicalidad excepcional, un modelo de ironía e ingenio para las generaciones sucesivas, un productor de fábulas memorables (El Ruiseñor y la Rosa y El Gigante Egoísta, para no ir más lejos), el epigramista admirable y fundacional que le hizo decir a la norteamericana Dorothy Parker: "If, with the literature, I am /impelled to try an epigram, /I never seek to take the credit, /We all assume that Oscar said it" (Si la literatura me obliga /a intentar un epigrama, /nunca busco llevarme el crédito. /Todos asumimos que Oscar lo dijo).
Wilde es el epigramista por excelencia en el que se inspiran de un modo u otro los aún muchísimos de los grandes ingenios, entre ellos Groucho Marx, Salvador Novo, Gore Vidal, Woody Allen; la lista es interminable. En fin, puedo resistirlo todo menos la tentación de citarlos. Y es también el socialista (sigue siendo muy provechosa la lectura de El Alma del Hombre Bajo el Socialismo), y es desde luego la gran víctima de la intolerancia y el gran símbolo gay.
La importancia de llamarse Wilde. Me sigue asombrando que en su agonía, contrariado por la decoración de su cuarto, exclame: "O se va ese papel tapiz o me voy yo".
¿Por qué seguimos leyéndolo? Porque, y en mi respuesta hay astucia y espíritu de Magallanes, es sumamente legible. Es brillante, un gran prosista y un artífice del diálogo teatral. Y porque su permanencia no se desprende de su martirio: sabemos con tanto detalle de su martirio porque nos importan sus escritos y el modelo de ironía que aún hoy marca uno de los usos básicos de la paradoja.
Carlos Monsiváis, ensayista y periodista
Defensor de su verdad
La importancia de llamarse Wilde puede responderse con el significado ambiguo que en inglés tiene la palabra earnest, que significa honesto y da título a su comedia La Importancia de Llamarse Ernesto (The importance of being Earnest) y que es homófona de Ernest, una obra acerca de la sinceridad y la mentira disfrazada que siempre tiene un fin noble.
Wilde, al igual que el...
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