El infinito sonido
| Autor | MURAL - Staff |
El musicólogo y compositor jalisciense Gabriel Pareyón (Zapopan, 1974) destaca en la música mexicana contemporánea por lo que él llama una "propuesta musical poco complaciente al oído común".
Su obra, escrita para instrumentos convencionales, utiliza modelos matemáticos que consiguen resignificar los sonidos a través de analogías físicas.
"Me llama la atención que instrumentos con más de 3 mil años de antigüedad, como lo es la flauta de pico, sigan ofreciendo espacios inexplorados, que se encuentran cuando un compositor los estudia sistemáticamente", comparte.
Considera que el mundo de los instrumentos musicales convencionales sigue siendo muy rico, y que las combinaciones de éstos son muy numerosas. Sin embargo, señala que esta riqueza se dispara al infinito cuando consideramos una botella o una cuchara como objetos sonoros.
Según Pareyón, todos los objetos, inclusive el cuerpo humano, pueden ser entendidos como instrumentos musicales.
"Si los tratamos con criterio musical podemos crear obras con muy pocos elementos, pero con gran riqueza y profundidad estética", expresa.
El musicólogo recuerda a los compositores Domingo Lobato (1920-2012) y Hermilio Hernández (1931-2008) como influencias que marcaron una primera etapa de su formación, en Guadalajara, ciudad que tuvo que dejar posteriormente.
"Intenté tener una formación como compositor aquí, en Jalisco. A inicios de los años 90 me acerqué, muy tímidamente, a esos dos maestros; sin embargo terminé aprendiendo mucho de su música y sobre todo de su manera de entender el medio musical de Guadalajara en aquel entonces.
"Después me fui al DF e ingresé de manera informal al Conservatorio Nacional de Música. Lo que me interesaba era entrar al taller de composición del maestro Mario Lavista, con quien trabajé entre 1995 y 1999", expresa el compositor de origen tapatío.
Más tarde, Pareyón terminó la licenciatura y posterior maestría en composición musical en el Conservatorio Real de La Haya bajo la guía del maestro Clarence Barlow, a quien admira por su capacidad de pensamiento abstracto y por su conocimiento sobre el vínculo entre música y matemáticas.
"Con la orientación de Barlow pude disfrutar de una pasión que yo no lograba transmitirle a nadie: entender la música como un fenómeno de vibraciones, un fenómeno físico, que puede disfrutarse a través de una lectura matemática".
Doctorado en filosofía de la música por la Universidad de Helsinki (Finlandia), bajo la tutoría del decano en semiótica...
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