Invade a oriente prostitución y pandillerismo

AutorAntonio Navarrete

La prostitución que existe en el cuadrante de la calle Javier Mina y Aldama, entre las calles 50 y 60, corazón de la Zona Cinco, han hecho que el comercio establecido se vea afectado en sus ventas; aseguran vecinos.

Un comerciante, quien tiene un negocio establecido sobre Obregón y la 52 desde hace 50 años, comentó que en el lugar pululan varias prostitutas a todas horas del día, y con ellas varios hombres "teporochos".

"Desde hace cinco años, cuando cerraron un hotel que estaba en la 56 y Obregón, entonces se vinieron varias mujeres para acá, pero eran viciosas", dijo el hombre, quien no quiso revelar su identidad.

Sobre Obregón, entre la 50 y la 52, se encuentra el Hotel Oro, donde hasta hace dos años tenían cuartos para que la gente entrara a drogarse, pero fue cerrado y reabierto el año pasado, comentó el comerciante.

Los clientes de los negocios establecidos son ahuyentados por los borrachos y las prostitutas, quienes se les acercan y les exigen que les den dinero, por lo que se asustan y ya no vuelven a la zona.

Otro vecino dijo que en ocasiones las mismas prostitutas y los alcohólicos roban y asaltan a las personas que van a comprar a los negocios establecidos, lo cual convierte la zona en un lugar peligroso.

Jesús Oscar García Yaraguan, segundo comandante de la Zona Cinco, aseguró que la prostitución ha disminuido en un 70 por ciento durante los últimos siete meses, y que esta actividad continúa en la Calle 48, a su cruce con Javier Mina y con Gigantes, y la Calle 50 y Gigantes.

Los problemas que trae consigo la prostitución es la mala imagen, ya que varios homosexuales salen a las calles casi desnudos, y muestran sus cuerpos con vulgares contoneos, comentó otro vecino, y han rentado por lo menos cuatro casas, donde viven y tienen acondicionados cuartos para atender a sus "clientes".

Es común ver a los "teporochos" tirados afuera de los hoteles "familiares", vencidos por las bebidas embriagantes, que en muchos de los casos es alcohol puro mezclado con algún refresco, dijo un residente del lugar.

Los asaltos a transeúntes han ido en aumento, y estos ocurren en la Calle 52 y Gómez de Mendiola, comentó uno de los entrevistados, donde abundan los drogadictos que quieren conseguir dinero para comprar algún enervante.

El robo de autopartes es otro problema de la zona, dijo García Yaranguan, pero que este delito se ha inhibido con el incremento del patrullaje.

El comandante indicó que en esta zona se tienen detectados seis o siete lugares...

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