Opinión Invitada / Tlajomulco y sus lecciones

AutorOpinión Invitada

Francisco Aceves González

En un ejercicio inédito en la incipiente vida democrática del México, una instancia gubernamental, el gobierno municipal de Tlajomulco, convoca a sus ciudadanos a realizar un ejercicio de "ratificación de mandato". Es decir, que sus habitantes decidan, mediante el mecanismo de una consulta al pueblo, si quien ostenta el Poder Ejecutivo del municipio debe continuar en el cargo o dejarlo.

Indudablemente, la rendición de cuentas constituye una frontera que delimita los campos de una democracia puramente electiva, circunscrita a la elección de representantes, y la democracia participativa, que establece como condición de gobierno la participación de la ciudadanía. La consulta de Tlajomulco se inscribe en esta última acepción.

El artículo 30 de nuestra Constitución establece que "el pueblo tiene todo el tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de gobierno". A pesar de ello, no existen en nuestra historia, a excepción de la consulta de Tlajomulco, experiencias en las cuales los gobiernos instituidos se hayan visto sometidos a la evaluación ciudadana para ratificar o revocar su permanencia.

Esta consulta nos deja experiencias valiosas a quienes pensamos que el futuro de México debe orientarse hacia una sociedad más democrática. Se trató de un ejercicio complejo y cuyo desarrollo presenta, de manera inevitable, algunos claroscuros a lo largo de su realización. Una observación responsable del mismo obliga a revisar, alejados de cualquier prejuicio, tanto sus deficiencias como sus contribuciones para una sociedad más democrática.

Un elemento deficitario fue la confusión en identificar al ejercicio como ratificación y revocación de mandato. La claridad conceptual en el campo de la práctica política, sobre todo cuando son los actores políticos quienes la llevan a cabo, resulta fundamental para determinar su intencionalidad y alcances. Las cosas hay que identificarlas con su nombre. La revocación es una demanda que tiene su origen en el pueblo, la ratificación responde al interés particular de la autoridad.

Otro negrito en el arroz lo constituyó la ausencia de equidad entre los partidarios del "sí" y del "no". A diferencia de los partidarios del "sí", que contaron con servicio de "transportación", por no calificarlo de acarreo, para que sus adherentes acudieran a votar, acción que me consta, así como el despliegue de carteles publicitarios que apoyaban la aprobación del Presidente Municipal -"porque es un...

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