Isabel Sepúlveda / Código Rojo

AutorIsabel Sepúlveda

Aunque muy pocos saben a ciencia cierta de qué se trata, la mañana de ayer todos los tapatíos nos preguntábamos si las autoridades habían decretado el desconocido plan con nombre de película de acción: Código Rojo. La tensión bajó cuando la Fiscalía General declaró que la situación no había alcanzado el nivel de peligrosidad para emitir tal alerta.

Pero donde de seguro están prendidos los focos rojos es en el Gobierno de Aristóteles Sandoval, al conocer los resultados de la segunda encuesta realizada por MURAL para evaluar su Administración: el nivel de aprobación bajó de 65 a 54 puntos, y la calificación disminuyó de 6.8 a 6.1. Esto a pesar de ser el primer año de su Gobierno, lapso que la población solía dar como periodo de tolerancia para la adaptación de la nueva autoridad.

La desilusión que reflejan los números de la encuesta se debe a la insatisfacción por la ausencia de resultados que, a un año de Gobierno, ya deberían ser palpables. En seguridad, en vez de presumir que no estamos como Michoacán, es necesario presentar avances en la profesionalización de las policías estatales y municipales. Aunque es un asunto federal, de nada sirve la detención de cabezas del crimen organizado, mientras nuestro sistema de justicia continúe con el atraso e ineficiencia que lo caracteriza. La responsabilidad de esta situación también se debe a la ineficacia de los diputados locales, que deberían haber aprobado leyes y reglamentos para modernizar al Poder Legislativo. En vez de hacerlo, se dedican a repartirse los nombramientos de los nuevos Magistrados.

En materia de salud hemos avanzado, pero al primer lugar nacional en casos y defunciones por influenza, según indicó ayer mural.com. Y mientras el pasaje del transporte público aumenta sin que mejore su calidad y servicio, se anuncian las medidas que sí obligarán a los transportistas a hacerlo, las cuales debieron haber sido implementadas desde el inicio de la Administración. Ejecutar planes, comprobar buenos resultados: no hay otra manera de levantar en la próxima encuesta de evaluación.

Pero donde el Código Rojo debe estar en niveles escarlata es en el Ayuntamiento de Guadalajara. Lo bueno es que el Alcalde Ramiro Hernández ni cuenta se ha dado y a su equipo ni le importa. Prueba de ello es su declaración pública, hecha sin remordimiento alguno, de que la violación sistemática a los Planes Parciales de Desarrollo es...

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