Isabel Sepúlveda / Reforma laboral incierta

AutorIsabel Sepúlveda

Apenas aprobada el pasado lunes 29 de abril, autoridades, empresarios y sindicatos coinciden en que la reforma a la Ley Federal del Trabajo debe ser modificada para favorecer los derechos individuales de los trabajadores, la paz laboral y el crecimiento del empleo y de las empresas.

La mayoría de los senadores desechó las 80 reservas formuladas por la Oposición, a partir del análisis de expertos en materia laboral. De haberlas incluido, se tendría una ley que conciliara la evolución de los derechos de los trabajadores y la modernización y profundización de la democracia sindical, sin vulnerar la estabilidad laboral. Se aprobó una reforma que desde antes de ser publicada, se desea modificar tan pronto inicie el nuevo periodo ordinario de sesiones del Poder Legislativo.

Patrones y líderes sindicales coinciden en que no debe existir multiplicidad de contratos colectivos en cada empresa, como lo señala la nueva ley, por la confusión y anarquía que genera en la relación entre los trabajadores y la compañía. Como quedó, la legislación abre la puerta a mayor número de sindicatos en las empresas, sin que eso necesariamente signifique mejor representatividad del empleado, por el contrario, al estar fragmentados, pierden fuerza.

La multiplicidad de sindicatos dará pie a una "cacería" de trabajadores, encabezada por oportunistas. Como sucedió en Matamoros y otras ciudades del norte del País, ya circulan alrededor de industrias y comercios, volantes que prometen a quienes se afilien, duplicar o triplicar sus salarios, bonos anuales de decenas de miles de pesos que las empresas deberán pagar obligatoriamente y otros ofrecimientos imposibles de cumplir.

Los resultados en Matamoros fueron el cierre de varias empresas y huelgas ilegales, sin intervención de las autoridades para ponerles fin y permitir que la mayoría de trabajadores que deseaba continuar trabajando, lo hiciera. Esto impide la paz laboral necesaria para lograr inversiones que permitan alcanzar el crecimiento del 4 por ciento anual, que el Presidente López Obrador pide a los empresarios.

Ahora también se pide respeto a la autonomía de las organizaciones sindicales. Lo que los legisladores deberían reglamentar es la transparencia y rendición de cuentas en los sindicatos. En vez de esto, tendrá que realizarse una gran cantidad de asambleas, con excesivos formalismos, que prácticamente las convertirán en procesos electorales políticos y no en elecciones internas sindicales...

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