Isabel Turrent / Polonia: democracia en vilo

AutorIsabel Turrent

La editorial del Financial Times del 10 de julio no exageró. En la elección presidencial en Polonia del siguiente domingo estaba en juego el futuro del país. Entre dos proyectos encontrados: el centrismo liberal que representaba Rafal Trzaskowski, el alcalde de Varsovia que recibió finalmente 48.97% de los votos, y el populismo nacionalista de Andrzej Duda, el Presidente en funciones apoyado por el partido de ultraderecha Ley y Justicia (PiS), que triunfó con 51.03% de los votos.

No se trataba de una alternancia política con matices, sino de dos visiones políticas opuestas que coinciden nada más en su desconfianza de Rusia y su apoyo a la OTAN. Jaroslaw Kaczynski, el pigmeo demagogo que mueve todos los hilos de PiS tras bambalinas, pretende establecer un sistema autoritario a la húngara y desafiar las directivas de la Unión Europea a la que Polonia debe una buena parte de su progreso económico. PiS no tiene mayoría absoluta en el Congreso, pero con el apoyo de un Presidente con poder de veto procedió, hace cinco años cuando ganó las elecciones parlamentarias y presidenciales, a dar a los políticos un dominio aplastante sobre el sistema judicial y a convertir a la televisión pública en un órgano de propaganda a favor del gobierno.

Duda hizo campaña a favor de ampliar la llamada "reforma judicial" y de expropiar los medios independientes de propiedad extranjera. En la ideología populista del PiS, eso se llama ahora "polonizar". No sorprende que las grandes ciudades y las regiones más avanzadas del país hayan votado por Trzaskowski. A pesar de que Polonia es ahora, tal vez por primera vez en su historia, un país étnicamente homogéneo, que habla una sola lengua y es en su mayoría católico, el PiS ha hecho lo posible por dividirlo geográfica, política y culturalmente. Y ha tenido éxito: el triunfo de Duda consolidó esa tendencia.

Los vuelcos políticos tienen remedio y la economía polaca recuperará una tasa razonable de crecimiento si el nuevo gobierno no opta por el suicidio económico de abandonar la Unión Europea. Las fracturas de identidad, cultura y hasta moralidad privada que el PiS ha...

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