Jaque Mate/ Antrax

AutorSergio Sarmiento

"Lo único que cura el miedo es el peligro auténtico".

Miguel de Unamuno

El ántrax es una de las enfermedades más antiguas en los registros históricos. El Exodo, el segundo libro de la Biblia, menciona ya un mal que parece ser exactamente ése: "Y Yahvé dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto" (Exodo, 9:8-9).

Con este aparente acto de bioterrorismo Yahvé y Moisés buscaban convencer al faraón egipcio de que dejara salir al pueblo hebreo de su larga esclavitud en Egipto y marchara hacia la tierra prometida en Palestina.

No deja de ser paradójico -o perverso- que, a casi 5 mil años de distancia, un grupo religioso con agravios en contra de una potencia militar tan importante como lo fue Egipto en su tiempo parezca estar recurriendo a unos polvos blancos -que provocan sarpullido y úlceras en hombres y animales- para convencer a los dirigentes de esa gran potencia de que retiren sus tropas de territorio sagrado y convenzan a los descendientes del pueblo hebreo de que dejen también la tierra de Palestina.

No hay certeza, por supuesto, de que la enfermedad descrita por el Exodo sea efectivamente ántrax. Pero los síntomas de la enfermedad infecciosa febril provocada por el Bacillus antracis son muy similares a las que describe el segundo libro del Antiguo Testamento.

El ántrax es una enfermedad que usualmente afecta a animales. Desde la antigüedad, sin embargo, se han registrado casos de contagio a humanos. En la Edad Media y en los Siglos 18 y 19 hubo verdaderas epidemias de este mal. El ántrax, por otra parte, fue la primera enfermedad para la que hubo una vacuna. Fue el propio Louis Pasteur quien desarrolló la sustancia y al hacerlo comprobó su teoría de que era posible generar anticuerpos para ciertas enfermedades inyectando ejemplares atenuados de la bacteria patógena en posibles pacientes antes de la infección.

El ántrax se manifiesta con la aparición de fiebres, espasmos e irregularidades cardiacas o respiratorias. Suele generar sangrados por los orificios naturales del cuerpo e inflamaciones serosas. En el ser humano puede ser cutáneo, pulmonar o intestinal. Cuando es cutáneo, genera sarpullidos o úlceras como los que señala el Exodo. La forma pulmonar se adquiere por la inhalación de esporas y es usualmente fatal en...

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