Jaque Mate/ Colombia

AutorSergio Sarmiento

"Un apaciguador es alguien que alimenta a un cocodrilo con la esperanza de que será el último en ser comido".

Winston Churchill

El candidato liberal independiente Alvaro Uribe ha sido electo Presidente de Colombia con el 53 por ciento de los votos. Parece poco, pero en una contienda de 11 candidatos el triunfo resulta contundente. El segundo lugar, Horacio Serpa, del Partido Liberal, tan sólo obtuvo el 31 por ciento de los sufragios.

Lo más importante de este triunfo es la razón que llevó a tantos colombianos a votar por Uribe. De entre todos los candidatos a la Presidencia, Uribe fue el que prometió con más claridad que combatiría sin cuartel a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las cuales han aterrorizado al País durante décadas. "Las Fuerzas Armadas le han declarado la guerra a los colombianos", ha dicho Uribe. Por ello no se puede aceptar ningún tipo de negociación con ellas.

La dura posición de Uribe frente a las FARC es producto de su historia personal. En 1983, su padre fue secuestrado y asesinado por las guerrillas. La violencia política asume así en su caso un carácter personal: no sólo tiene nombre y apellido, sino recuerdos afectivos y la sensación de ausencia de un ser querido.

Miles de colombianos han fallecido en atentados terroristas de las FARC. Este grupo armado hizo todo lo posible por evitar que la gente acudiera este domingo a las urnas. De hecho, mantiene todavía secuestrada a Ingrid Betancourt, candidata presidencial del Partido Verde Oxígeno. A pesar de las amenazas y los actos de intimidación, millones de colombianos acudieron a sufragar con la esperanza de elegir a un gobierno capaz de poner fin a la violencia.

Uribe era hasta hace poco miembro del Partido Liberal, uno de los dos que han dominado la política colombiana desde hace décadas. Sin embargo, su deseo de asumir una posición más decidida en la lucha contra el terrorismo lo distanció del partido, el cual nominó al moderado Serpa. Uribe se postuló entonces como candidato independiente. Su popularidad subió gradualmente y después de un tiempo recibió el respaldo del Partido Conservador, que entendió que su candidatura sería difícil de parar.

Con esta decisión, de hecho, los conservadores repudiaban la gestión como Presidente de su correligionario Andrés Pastrana, quien, en el ánimo de firmar una paz con la guerrilla, les dejó el control de una zona de 42 mil kilómetros cuadrados, lo cual no evitó que continuaran cometiendo secuestros...

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