Jaque Mate/ Legalización
| Autor | Sergio Sarmiento |
"La única razón por la que correctamente se puede ejercer el poder contra un individuo es para impedir el daño a terceros".
John Stuart Mill, Sobre la libertad
Poco importa en realidad si, como lo ha planteado el Embajador Jeffrey Davidow, México y Colombia son los grandes centros del narcotráfico y los Estados Unidos están libres de todo pecado en la operación de bandas de narcotraficantes. El hecho es que, a pesar de que los Gobiernos de todos los Países del mundo dedican decenas de miles de millones de dólares al año para combatir el narcotráfico, la disponibilidad de drogas en los países consumidores no ha disminuido.
Las autoridades en el combate a las drogas nos ofrecen con relativa frecuencia anuncios de pequeños triunfos. En México se anuncian con bombo y platillo las capturas de cargamentos de drogas. Las autoridades estadounidenses, a su vez, señalaban la semana pasada que se ha registrado una baja en la producción de cocaína en Perú y Bolivia.
Pero estos éxitos nunca son definitivos. Cuando hace años las autoridades estadounidenses anunciaron que habían logrado cerrar la ruta Caribe-Florida para el ingreso de drogas a la Unión Americana, se abstuvieron de señalar que ya estaba tomando su lugar la ruta mexicana. La semana pasada Barry McCaffrey reconoció que, aunque ha disminuido la producción de coca en Bolivia y Perú, en Colombia ha aumentado. Hoy las autoridades mexicanas pueden enorgullecerse de que en los últimos años han capturado, deportado o certificado la muerte de muchos de quienes eran considerados como los más poderosos capos del narcotráfico en nuestro País. Pero en ese mismo lapso han surgido nuevas bandas y nuevos capos cuyos nombres ni siquiera conocemos. El hecho es que el flujo de drogas continúa sin aparente disminución.
La verdad es que estamos repitiendo el muy estudiado caso de la Prohibición, ese periodo de la historia estadounidense (1919-1931) en que se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en los Estados Unidos. Todos los esfuerzos para defender a los estadounidenses de sí mismos, para imponerles una moral con la que no estaban de acuerdo, resultaron infructuosos. Las mafias de distribución de bebidas alcohólicas -que operaban en los Estados Unidos y no en Sicilia- no pudieron ser contenidas. Al final resultó más sensato legalizar estos productos.
Estoy convencido de que también en el caso de las drogas ilegales sería más lógico estudiar el camino de la liberalización. La historia nos dice que es muy...
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