Jaque Mate/ Las listas

AutorSergio Sarmiento

"Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo, no sea que te chamusque."

Shakespeare

El rescate bancario es sin duda un tema importante. Nos puede llegar a costar a los mexicanos un billón (un millón de millones) de pesos. En un momento político en que las campañas carecen de temas, y en que los dos punteros en la contienda presidencial compiten en insultos, tiene sentido que las listas del Fobaproa hayan regresado al centro de la discusión política.

Hay muy buenas razones para objetar el empleo de recursos públicos para el rescate de empresas o de bancos. Estos subsidios distorsionan el funcionamiento del mercado; les dan a los burócratas el peligroso poder discrecional de crear ganadores y perdedores en el juego económico.

Los bancos, sin embargo, son empresas especiales debido a que no utilizan nada más el capital de sus inversionistas. El 90 por ciento de sus fondos disponibles, de hecho, procede de depósitos del público. Esto ha llevado a que en todo el mundo se ofrezca un trato especial a los bancos. Casi ningún país permite actualmente la pérdida de los depósitos bancarios.

En el caso de México la protección de los ahorradores la ordena la misma ley. Si el Gobierno hubiera permitido que se perdieran los depósitos en los bancos en 1995 habría violado la legislación vigente.

Las autoridades mexicanas pueden y deben ejercer acción legal en contra de quienes han provocado pérdidas a los bancos por irresponsabilidad o por fraude. Esto es lo que han tratado de hacer precisamente en casos como el de Carlos Cabal Peniche, Angel Isidoro Rodríguez y Jorge Lankenau.

Sin embargo, la enorme mayoría de los nombres presentados en las listas del Fobaproa por los perredistas Andrés Manuel López Obrador y Dolores Padierna no son de defraudadores o de pillos, sino simplemente de personas o empresas que no pudieron pagar sus créditos y a los que les tocó en suerte estar dentro de la cartera que los bancos reasignaron al Fobaproa. No toda la cartera mala de los bancos, cabe señalar, fue a parar al Fobaproa: mucha se quedó en la "panza" de los propios bancos.

En las listas del PRD se incluyen casos como el de Salinas y Rocha. Esta empresa quebró y fue confiscada por los bancos. Después terminó en Fobaproa y sus activos fueron adquiridos por varios grupos de inversionistas (Elektra y Liverpool entre otros). Los actuales dueños de Salinas y Rocha no dejaron de pagar un centavo, sino que en todo caso aportaron dinero que servirá para reducir el...

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