Jaque Mate / Casas de apuestas

AutorSergio Sarmiento

"Siempre he pensado que la moral radica en el valor de tomar una decisión personal".

Léon Blum

No es una cuestión de moral sino de transparencia. El que la gente juegue o no debe ser una decisión personal. El Estado no tiene por qué prohibir o limitar el juego. Pero los permisos para centros de apuestas deben darse de manera transparente y equitativa. La objeción mayor que se le puede hacer al Gobierno en el otorgamiento de los permisos recientes, así como los que ya están en operación, es su discrecionalidad.

Ayer el IFAI dio su respaldo a un punto de transparencia en este campo al determinar, de manera unánime, que la Secretaría de Gobernación debe dar acceso a la información sobre los beneficiarios de los permisos de juego. Sólo podrán mantenerse reservados el domicilio, el teléfono, el registro federal de causantes, el plan de negocios y las declaraciones fiscales de los particulares. Por supuesto que revelar esta información no resolverá los cuestionamientos sobre los permisos que otorgó la Secretaría de Gobernación a distintas empresas, entre ellas una filial de Televisa, para operar casas de juego. Pero constituye un paso en la dirección correcta.

El juego es una realidad habitual en México. Palenques ilegales como el de Tonalá, Jalisco, donde recientemente hubo un ataque con granadas, operan en todo el territorio nacional. Las apuestas están formalmente prohibidas en México, pero la gente y las propias autoridades hacen caso omiso. Así tenemos juego en la Lotería Nacional, en casinos como el de la Feria de San Marcos, en books, en programas de televisión, en sorteos para beneficio de escuelas y partidos políticos, y en una miríada de palenques, brincos y casas de apuestas clandestinos.

Lo lógico es abrir este mercado con una ley que permita que quienquiera -como en cualquier otro tipo de negocio- pueda tener establecimientos de apuestas siempre y cuando cumpla con los requisitos que garanticen su operación eficiente y honesta. El gobierno del Presidente Fox cuando menos trató de impulsar una ley en este sentido que, si bien no llegaba al grado necesario de apertura, por lo menos avanzaba en la eliminación de las restricciones actuales. Ha sido la resistencia del Congreso la que ha detenido esta legislación.

Ante una ley restrictiva, que le da al Gobierno poderes discrecionales, se ha generado una situación de inevitables conflictos de interés. La Secretaría de Gobernación no está otorgando simples permisos para la operación de...

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