Jaque Mate / Comunicación

AutorSergio Sarmiento

"Si eliminamos lo imposible, seguramente hallaremos la solución en lo que queda".

Arthur Conan Doyle

Hoy se hará oficial el cambio de Rodolfo Elizondo, de la Dirección General de Comunicación Social de la Presidencia de la República a la Secretaría de Turismo, en reemplazo de Leticia Ochoa, quien ha renunciado con la intención de regresar al sector privado. Para el "Negro" Elizondo este nombramiento es un premio por su lealtad al Presidente, la cual ha mantenido en las buenas y en las malas durante años, y quizá mientras toma la decisión de buscar o no el Gobierno de Durango.

Elizondo llegó a la Dirección de Comunicación Social sin experiencia formal previa en temas de comunicación. Esto no necesariamente es malo: los mejores estrategas de la comunicación son con frecuencia personas con sentido común que no han tenido un cargo en los medios o en las agencias de publicidad. Elizondo, sin embargo, arribó a su responsabilidad con una bien ganada reputación como conciliador político, la cual ratificó y le permitió conseguir el aprecio de periodistas y dueños de medios de comunicación.

El problema es que no sólo de buena voluntad se construye una política de comunicación. Paradójicamente, para un Presidente que inició su mandato con la idea de que "gobernar es comunicar", la comunicación ha sido uno de los puntos más débiles del gobierno de Vicente Fox. Es lógico pensar que se requiere de una nueva política de comunicación. Pero no queda claro que los cambios que se están preparando vayan a facilitarla.

En el momento de escribir esta columna se dice con insistencia que la Dirección General de Comunicación Social será absorbida por la secretaría particular de la Presidencia, la cual encabeza Alfonso Durazo. Este fue secretario particular de Luis Donaldo Colosio y tuvo durante un breve periodo, a principios del sexenio de Ernesto Zedillo, la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación. No preocupa el hecho de que Durazo pueda asumir la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia, sino el que ésta pudiera simplemente fusionarse con la secretaría particular. Tanto la secretaría particular como la dirección de comunicación son responsabilidades que requieren de una dedicación de tiempo completo.

El Presidente Fox se ha dado cuenta, al parecer, de que la comunicación ha sido uno de los puntos débiles de su sexenio. Pero eso no significa que se percate de que él es el responsable real de los problemas. La mayor parte de los...

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