JAQUE MATE / Cuerpos y piernas

AutorSergio Sarmiento

"No voy a insultar tu inteligencia al sugerir que realmente crees en lo que dijiste".

William F. Buckley, Jr.

Con Ruth Zavaleta, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, tengo muchas discrepancias. Éstas no sólo son inevitables sino saludables.

Zavaleta representa, después de todo, una tradición política e intelectual de izquierda que, por lo menos en el campo de la economía, suele estar reñida con mi liberalismo. Nuestras congruencias son mucho mayores, sin embargo, en la política y en cuestiones sociales y morales.

Estoy convencido, de cualquier manera, de que cualquier diferencia que podamos tener se puede discutir de manera limpia y respetuosa. Ciertamente no tengo por qué insultarla por el pecado de tener ideas diferentes a las mías. Y lo que he visto en ella ha sido siempre un respeto absoluto a quienes piensan de forma distinta a ella.

Sin embargo, algunos de los radicales dentro del PRD, partido al que pertenece la propia Zavaleta, tienen una actitud diferente. Para ellos quien no coincide con sus dogmas, especialmente si se trata de un miembro de su propio partido, se convierte en automático en objeto de burlas, insultos y descalificaciones. Lo peor de todo es que estas descalificaciones se basan en el caso de la diputada Zavaleta en una actitud machista que debería avergonzar en lugar de enorgullecer a políticos que afirman representar una posición "progresista".

Ya Gerardo Fernández Noroña, secretario de comunicación social del PRD, acusó el año pasado a Zavaleta de "aflojar el cuerpo" por un supuesto acercamiento con el Gobierno de Felipe Calderón, que no era otra cosa que objetar al hecho de que cumplía con sus responsabilidades como cabeza del Poder Legislativo de la Unión. Ahora la ha atacado el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien al opinar sobre la reunión que este lunes pasado sostuvieron el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y la presidenta Zavaleta dijo que Mouriño anda "afanosito, agarrándole la pierna al que se deja, políticamente hablando".

No estoy muy seguro de saber qué quiere decir, "políticamente hablando", que alguien le agarre la pierna a quien se deja. Parece, sin embargo, una expresión tan machista como la que Fernández Noroña le dirigió el año pasado a la diputada Zavaleta. Estoy seguro de que si ella hubiera sido hombre, a nadie se le hubiera ocurrido lanzarle ese tipo de insultos. Se trata simplemente de una descalificación sexista.

Ayer hablé por...

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