Jaque Mate / Una mala ley

AutorSergio Sarmiento

"El exceso de leyes corrompe a la república".

Tácito

Los políticos han recurrido al fácil expediente de acusar a quienes se oponen a la nueva ley electoral -la cual fue aprobada al vapor por el Congreso la semana pasada- de que lo hacen por el dinero de la publicidad de las campañas. Si el motivo de quienes protestan es pecuniario, sugieren, entonces no hay por qué prestarles atención.

Pero aceptemos la propuesta de prohibir la compra de publicidad en los medios electrónicos de comunicación. ¿Hace eso aceptable la reforma? A mi juicio no.

La reforma sigue siendo pésima porque debilita al IFE, o a la institución que la suceda, al destituir a los consejeros por un ánimo de revancha de los políticos.

Es mala porque recalca que la decisión es un castigo al destituir a los consejeros del IFE pero no a los magistrados del Tribunal Electoral.

Es inaceptable porque viola la autonomía del IFE al establecer un contralor interno en la institución que es designado por los legisladores.

Es injusta porque representa una venganza personal contra el consejero presidente del IFE.

Es irresponsable porque no establece criterios para el reemplazo de los consejeros del IFE -además del presidente, señalado desde un principio como blanco de despido inmediato-, por lo que obliga a los consejeros a quedar bien con los políticos para no ser destituidos.

Es perversa porque no considera ninguno de los elementos que sí eran necesarios para construir un mejor sistema electoral, como la reducción de los diputados plurinominales, la eliminación de los senadores de lista y los de minoría, la reelección de los legisladores, la reelección de los Presidentes Municipales y una disminución en el dinero de los partidos, entre otros.

Es corruptora porque no incorpora a los partidos a los criterios de transparencia de la Ley Federal de Acceso a la Información.

Es negativa porque "espotiza" las campañas al impedir que haya mensajes políticos de más de tres minutos en los medios de comunicación puesto que elimina la posibilidad de contar con tiempos largos de medios electrónicos para discutir temas en profundidad.

Es discriminatoria porque prohíbe contratar publicidad política en medios electrónicos pero no en medios impresos.

Es injusta porque permite a los partidos políticos apropiarse de tiempos comerciales que no les pertenecen sin indemnización.

Es cara porque, una vez descontada la expropiación de tiempos comerciales de los medios y la reducción del tiempo de campaña, aumenta...

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