JAQUE MATE / Malhumorados

AutorSergio Sarmiento

"El Presidente ofreció una reflexión de fondo cuando señaló que había mal humor social".

Ricardo Pascoe

La gente estaba efectivamente malhumorada. Más que un castigo al PRI, que lo hubo, vimos en las elecciones de este 5 de junio una protesta contra casi todos los gobiernos.

En ocho de 12 estados con comicios para gobernador los ciudadanos rechazaron al partido en el poder. No sólo el PRI fue derrotado en entidades que gobernaba (Aguascalientes, Durango, Chihuahua, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz) sino que en dos estados con gobiernos surgidos de alianzas del PAN y el PRD, Oaxaca y Sinaloa, la oposición (el PRI) también triunfó. Los únicos estados en que se mantuvieron los partidos en el poder fueron Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas del PRI y Puebla de la alianza PAN-PRD.

El malestar social se manifiesta en el hecho de que varios de los candidatos triunfadores prometieron meter en la cárcel a los gobernadores salientes. Esto ocurrió en Veracruz de Javier Duarte, Chihuahua de César Duarte y Quintana Roo de Roberto Borge. La decisión del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, El Bronco, de presentar acusaciones penales contra su predecesor, Rodrigo Medina, derrotado hace un año, ratifica ésta cada vez más común actitud.

La baja popularidad del presidente Enrique Peña Nieto parece haber tenido un papel significativo en las derrotas del PRI. Así lo han interpretado algunos analistas en el país y publicaciones extranjeras como el Wall Street Journal. Algún peso debe haber tenido, pero considero que en cada contienda pesaron más los candidatos y las circunstancias locales. Es el caso de la decisión del PRI de frenar la candidatura de Carlos Joaquín, o de permitir que el gobernador Roberto Borge lo vetara, que fue el origen de la derrota en Quintana Roo. Se repite así un error que el PRI ha cometido una y otra vez.

El Hoy no Circula, el cuestionado programa que ha restringido la circulación de vehículos sin disminuir la contaminación, tuvo un costo muy importante para el PRD y para Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México. Más importante, sin embargo, fue el escaso interés de los ciudadanos en una constitución que sólo ambiciona la clase política. Una de las consecuencias del abstencionismo en la capital, paradójicamente, ha sido dejar el control de la asamblea constituyente en manos de los grupos que precisamente quieren manipular la nueva constitución para favorecer sus intereses políticos.

Manlio Fabio Beltrones, el...

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