JAQUE MATE / Penacho sin robo

AutorSergio Sarmiento

"Santa Rita, Rita,

lo que se da no se quita".

Dicho popular

Beatriz Gutiérrez Müller, la no primera dama de México, se encuentra en Europa en un viaje oficial destinado a "obtener piezas históricas y arqueológicas de México para ser exhibidas en nuestro país durante el bicentenario de nuestra independencia", según ha explicado su esposo, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es un encargo razonable. Tengo la impresión de que Beatriz es una mujer culta y conocedora de la historia. Por otra parte, me parece loable que el gobierno quiera hacer una gran exposición para celebrar el bicentenario real de nuestra independencia, en 1821, dejando atrás los festejos por el inicio en 1810 de una sangrienta revuelta fracasada cuyo dirigente inicial, Miguel Hidalgo, buscaba ofrecer la corona de la Nueva España a Fernando VII, el Deseado, el legítimo rey de España.

Ayer Gutiérrez Müller se entrevistó con el presidente de Austria, Alexander van der Bellen. "Le recomendé -escribió López Obrador- que insistiera en el penacho de Moctezuma, aunque se trata de una misión casi imposible, dado que se lo han apropiado por completo, al grado de que ni a Maximiliano de Habsburgo se lo prestaron cuando nos invadieron e impusieron el llamado Segundo Imperio Mexicano".

El "penacho de Moctezuma" ha sido, desde hace décadas, una obsesión de muchos políticos mexicanos. La razón es que se le identifica como el tocado que expresaba el poder del gran tlatoani mexica. Por eso han querido "recuperarlo" y traerlo al país como una legitimación centenaria de sus propios gobiernos.

El tema, no obstante, es mucho más complicado. Para empezar, la Gran Tenochtitlan de los mexicas no era más que un centro de poder entre varios dentro de una Mesoamérica muy diversa y extensa. Los mexicas impusieron un régimen de terror a muchos pueblos vecinos, como los tlaxcaltecas. Encontrar legitimidad en el penacho de Moctezuma sería como recuperar la esvástica como símbolo de la Alemania contemporánea.

Ahora bien, ni siquiera tenemos certeza de que ese quetzalapanecáyotl, o tocado de plumas, era realmente de Moctezuma Xocoyotzin. La leyenda nos dice que el penacho formaba parte de los regalos que el tlatoani entregó a Cortés para que este los llevara...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR