JAQUE MATE / Ex presiones

AutorSergio Sarmiento

"La gramática es más perfecta que la vida. La ortografía es más importante que la política. La suerte de un pueblo depende de su gramática".

Fernando Pessoa

Reconozco mi pecado. Escribo "ex" separado del sustantivo. Lo hago en primer lugar porque es un hábito: lo he hecho toda la vida. También porque así lo han empleado los grandes escritores de la lengua española. ¿Quién soy yo para corregirle la plana a Borges? Una razón adicional es que así lo establecen las más confiables obras de consulta. Tanto el Diccionario de la lengua española como el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española prescriben el uso separado de este prefijo.

Me imagino que también tengo una razón emocional. Ciertas cosas en la vida no deben estar unidas. Ahí está el término "ex esposa". La separación parece ordenada por el mismo significado. No hay que juntar lo que no se debe. Poco importa que los prefijos estén siempre unidos al sustantivo. En exámenes "prenupciales" el "pre" va junto al sustantivo, pero cuando uno se hace un prenupcial tiene mayor inclinación a unir que a separar.

Leo una nota en Terra Perú que me aterra. Dice que a fines de este año se publicará una nueva edición de la Ortografía de la Academia (los cambios se adelantaron desde 2010 pero no están incorporados en los diccionarios) que, entre otras cosas, unirá lo separado. "Ex" deberá escribirse junto al sustantivo como cualquier otro prefijo. La grafía correcta será "exesposa" (¡horror!), aunque los académicos demuestran su incongruencia al mantener separado el prefijo cuando modifique un sustantivo compuesto, de tal suerte que se seguirá escribiendo "ex director general" o "ex primera esposa".

No será fácil habituarme. La cercanía de la "ex" puede ser profundamente incómoda. Los académicos no han estudiado quizá el fondo del asunto. Seguramente vieron "ex" y dijeron: "Es un prefijo, adhiérase como todos los demás". No es que no tengan lógica, es que no entienden de emoción.

No terminan ahí los cambios. Iraq, que trae consigo recuerdos del gran califato de Bagdad, se transforma en Irak, a pesar de que en árabe la k y la q son consonantes distintas. El ánimo de linchamiento contra la "q", una letra a la que a mí me liga una larga y afectuosa relación, no para ahí. "Qatar" desaparecerá para abrir camino a un "Catar" que nadie reconocerá a nivel...

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