JAQUE MATE / Reforma laboral

AutorSergio Sarmiento

"Los sindicatos... son juzgados muchas

veces por lo que se imagina

que son y no por lo que realmente

son o logran".

Thomas Sowell

La reforma laboral fue aprobada este 29 de abril en el Senado. Obtuvo en lo general una aprobación unánime: 120 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones. En lo particular, sin embargo, la iniciativa solo alcanzó 70 votos a favor frente a 50 en contra. Había prisa por aprobar, en un periodo ordinario a punto de concluir, ya que la reforma es requisito político para la aprobación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá. La mayoría oficial reconoció que había muchos pendientes en la ley, pero afirmó que más tarde, con más tiempo, se revisarían y corregirían los problemas. Lo más probable, sin embargo, es que lo que quedó en la ley permanezca ahí durante años.

La reforma tiene aspectos positivos. El más importante es que ordena que los líderes sindicales sean electos por sufragio libre y secreto, lo que pondrá en jaque a muchos dirigentes que se han apropiado de los sindicatos y los utilizan como simples mecanismos de enriquecimiento personal. También obliga a los líderes a buscar el respaldo de los trabajadores para emplazar a huelga.

Del lado negativo está el hecho de que no se eliminaron las reglas que han permitido que los sindicatos mexicanos obliguen a las empresas y a los trabajadores a afiliarse aunque no lo deseen. La legislación reconoce el derecho de asociación de los trabajadores, pero no el de rechazo a la asociación.

Mucho se ha dicho que con esta legislación México gozará de un ambiente laboral similar al de nuestros socios comerciales, como Estados Unidos o Canadá, pero es falso. No se ha preservado el derecho de los trabajadores a no afiliarse de manera obligatoria a un sindicato, el right to work como se llama en Estados Unidos, y tampoco el de no aportar recursos a sindicatos a los que el trabajador no quiere pertenecer. Tampoco se ha reconocido el derecho de las empresas a seguir operando con el personal que así lo desee, y a que no se bloqueen los accesos a las instalaciones en el caso de una huelga, como ocurre en la Unión Americana. Tampoco se ha dado a las autoridades la facultad de establecer mínimos para servicios indispensables...

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