Javier Hurtado/ México antes y después de Fox

AutorJavier Hurtado

El presente artículo aparecerá cuando esté transcurriendo en nuestro país el sexto día del año uno después de Fox. Por tanto, intenta un análisis, no necesariamente cronológico, de los importantes acontecimientos suscitados hasta la fecha.

Una primera precisión que habrá que hacer es que el cambio no precisamente consiste en violar la Constitución y la ley, sino justamente en lo contrario: cumplirla escrupulosamente y hacerla cumplir. El 1 de septiembre a las once de la mañana Fox estaba en un acto solemne, oficial y el más trascendente de la República -como lo es la transmisión del mando-, y no en una cerca de su rancho. ¿Qué necesidad había de saludar a sus hijos y de ignorar al Congreso de la Unión? O, como bien lo ha dicho "El Jefe" Diego: "¿Qué acaso no los había visto horas antes?" Si lo que quería era eludir la frase obligada: "Honorable Congreso de la Unión...", pues entonces hubiera empezado: "Hola, señores Diputados; hola, señores Senadores...". Pero no, lo que se trataba era de ignorarlos, como si no existieran; o como si la protesta la fuera a realizar sólo ante sus hijos. Lo mismo puede decirse del cambio que hizo al texto de la frase de toma de protesta, contenido de manera textual, en el artículo 87 de la Constitución. Puede decirse que en todo esto, lo que existe en nuestro Presidente es una confusión: el ceremonial no es priísta; es republicano, y exige su cumplimiento de priístas, panistas y perredistas, y, por supuesto, del mismo Fox. Ahora, si no le gusta, pues que proponga entonces una iniciativa de ley para modificarlo, pero mientras eso no ocurra, su obligación es cumplirlo.

Ocurrido lo anterior, vendría el segundo episodio: de ignorar a los Congresistas (incluidos los Senadores y Diputados panistas), pasó a la mofa: "¡Tranquilos, ya vamos. Tranquilos!"; "¡Juárez, Juárez, Juárez! ¡Muy bien, jóvenes!" (¿Cuáles "jóvenes"? Muchos Diputados y Senadores tienen más edad que él). Estas frases, además de ser contradictorias con el texto del discurso que estaba leyendo, muestran un contenido despectivo, paternalista y autoritario: es como cuando un padre enérgico reprende a sus "chiquillos" que le están importunando. Además, esto entrañaba un diálogo que, si por disposición del reglamento del Congreso General está prohibido entre Diputados, con mucho mayor razón lo es entre poderes.

Por tanto, la frase de que "el Presidente propone y el Congreso dispone" no quedó más que en eso: puras palabras. Además es una verdad de...

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