Jesús Silva-Herzog Márquez / El bautizo del cinismo

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

Lo dice sin asomo de incomodidad. El dirigente del partido "verde" celebra como un éxito su negociación con Morena. El cinismo permite desplazarse por el mundo sin vergüenzas. Eso es: una indecencia que no aflige. El cínico no es un ignorante. No es ciego a las categorías morales. Es indiferente a sus trazos. El cínico no desconoce las fronteras que separan lo correcto de lo incorrecto, se siente libre de cualquier remordimiento cuando tuerce principios en su beneficio. El político lo dice abiertamente: al partido verde le salió "baratísimo" el arreglo con Morena. Negoció con los nuevos dueños del poder y obtuvo grandes beneficios. Decidió entregar una porción importante de sus legisladores a la nueva mayoría y lo festeja como una transacción redituable. La venta de los diputados permitirá tener más hospitales, pagar más doctores dedicados al cáncer infantil. Jijijí o jajajá. La transacción sería conmovedora si tuviera un gramo de verosimilitud. A decir verdad, tiene gracia la coartada de los "verdes": hemos logrado apoyos para los enfermos de cáncer. Pero no se crea que cualquier enfermo de cáncer: vamos a apoyar a los niños enfermos de cáncer. Hemos logrado que haya más hospitales, que se le pague a más médicos dedicados a aliviar el dolor de los niños con cáncer. Eso es: política teletón para la cuarta invención de México.

Es revelador que el diputado "verde" hable con tranquilidad del precio de una decisión porque reconoce lo que, bajo cualquier punto de vista, es un acto de corrupción parlamentaria. Los dirigentes de un partido político entregan diputados como si fueran las monedas que tienen en el bolsillo. No es poco lo que ceden. Una tercera parte de los legisladores del "verde" fueron traspasados al nuevo polo de poder, declarando la nueva alianza con los ganadores. La representación política se trata como mercancía, no como un pacto de lealtad con los votantes. Así lo proclaman orgullosamente: vendimos diputados y la paga que recibimos ha excedido nuestras expectativas. No hay, por supuesto, documento que selle la alianza. No hay acuerdo público que defina el ámbito del pacto. Sólo la celebración de una compraventa. ¡Felicidades!

Hay que reconocer que la práctica no es extraña en el mundo legislativo. Es cierto: no es infrecuente el tráfico de lealtades. Pero es precisamente ese hábito el que ha producido el desprestigio de partidos y...

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