Jorge Ramos Ávalos / Yo no soy Bush

AutorJorge Ramos Ávalos

Eran casi una veintena. Y muy pronto quedarán solo dos. Pero ninguno quiere bailar como Bush.

Los candidatos presidenciales del Partido Republicano y del Partido Demócrata están apostando a que las elecciones primarias en Iowa y New Hampshire los destaquen del montón. No es fácil.

Una de las grandes tragedias del sistema electoral norteamericano es que se necesitan millones de dólares para llegar a la Casa Blanca. Es, cada vez más, un negocio de ricos o de personas que saben recaudar mucho dinero.

Pero el candidato que termine viviendo en el número 1600 de la calle Pennsylvania, en Washington, necesita más que costales de dinero. Necesita, sobre todo -según han dejado muy claro los candidatos de ambos partidos-, vender la idea de que será un Presidente muy distinto a George W. Bush.

Sí, los candidatos nos están diciendo que ser anti-Bush (o al menos no parecer su amigo) es una de las principales características que deberá tener el próximo Presidente norteamericano.

Los candidatos del Partido Demócrata no pierden oportunidad para criticar el ya exhausto gobierno de Bush. Pero una de las cosas que más me sorprendió como moderador del foro republicano (transmitido por Univisión hace unas semanas) es que ninguno de los candidatos mencionó a Bush o se quería ligar con él. Hubo muchas referencias al ex Presidente Ronald Reagan -a quien muchos consideran en parte responsable del fin de la Unión Soviética- pero no al actual Mandatario.

Bush, lo dicen las encuestas, es un Presidente muy impopular. Un promedio de varias encuestas recientes dice que sólo uno de cada 4 norteamericanos aprueba su gestión. No es extraño, pues, que ningún miembro del gabinete del Presidente Bush lanzó su candidatura a la Presidencia. Saben que no tendrían ninguna oportunidad.

¿Por qué esta actitud contra Bush por parte de los candidatos? La principal vulnerabilidad de Bush, sin la menor duda, es su guerra en Irak. Ya han muerto más estadounidenses en Irak que durante los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.

Hoy, todavía, a casi cinco años del comienzo de la guerra en Irak, no está muy claro qué hace Estados Unidos ahí. Saddam Hussein y su gobierno no tuvieron nada que ver con los ataques terroristas del 9/11. Además, ahí nunca encontraron armas de destrucción masiva. Pacificar a Irak, a pesar del significativo aumento de tropas, ha resultado imposible a corto plazo. Y no hay una fecha o un plan para sacar a los soldados norteamericanos de ese país.

Según leo...

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