Jorge Suárez-Vélez / Liderazgo y crisis

AutorJorge Suárez-Vélez

Las crisis ponen a prueba la resiliencia, flexibilidad y capacidad para adaptarse a entornos inesperados de las sociedades y de sus líderes. En Estados Unidos se decía que, afortunadamente, la Presidencia de Donald Trump había ocurrido en un entorno estable, de fuerte crecimiento económico y de un mercado laboral históricamente sólido; eso acaba de cambiar. Como era de esperarse, su reacción a la pandemia del covid-19 ha sido paupérrima. Ha dicho que es una confabulación de sus enemigos para soslayar su reelección. Todos los populistas parecen cortados con la misma tijera. Al menos, ese país cuenta con un servicio civil de carrera que ha sido debilitado, pero no desmantelado por Trump. Hay también fuertes organizaciones de la sociedad civil -activas en tareas de salud pública- que han paliado algunas carencias de organismos públicos con presupuestos recortados.

El impacto económico será tremendo, la ONU lo estima en 2 millones de millones de dólares. A diferencia de 2008, no es una crisis de demanda que pueda ser estimulada bajando tasas de interés o aumentando la disponibilidad de crédito. Incontables cadenas de valor se han interrumpido porque partes de automóviles, por ejemplo, son hechas en China y al detener su producción paran toda la cadena. Esto afecta a la producción del resto del vehículo en otros países y a su distribución comercial.

A México nos toma con los dedos en la puerta. Ni remotamente estamos listos para la pandemia (¿con el Insabi?). Nos afectará la interrupción de cadenas de abasto; la desaceleración de la economía de EU; el colapso en los precios del petróleo causado tanto por el desplome de la demanda, como por la rencilla entre Arabia Saudita y Rusia; y el colapso en el turismo, cuando las playas se preparaban para recibir spring breakers.

Este gobierno ha concentrado atención y recursos en "salvar a Pemex", pero la empresa perdió 35 mil millones de dólares en 2019, en un entorno positivo. Ahora la mezcla mexicana se vende a la mitad ($25) del precio que Hacienda presupuestó ($49). Además, la caída mata incluso la rentabilidad de refinerías eficientes, pues sus márgenes se evaporan; a las nuestras las hará pedazos. Se confirma el absurdo de invertir en refinación. ¿Y la cobertura de otros años para estos...

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