Jorge Suárez-Vélez / Esto va para largo

AutorJorge Suárez-Vélez

Ciudades y países van despertando del coma inducido para contener la pandemia. Para quienes consideraron exageradas las medidas de aislamiento, los cien mil muertos en Estados Unidos en tres meses son un infausto vestigio de nuestra impotencia ante un microscópico patógeno que nos puso de cabeza.

La reapertura se ha hecho por decreto, pero seguimos sin encontrar una vacuna o una terapia que reduzca la tasa de mortalidad. Por ello, en el otoño habrá nuevos brotes que nos podrían forzar a regresar a casa. El impacto en la economía mundial ha sido devastador, pero imposible de cuantificar pues no sabemos por cuánto tiempo más nos parecerá peligroso ir a un cine, salir a un restaurante o subirnos a un avión.

Robert Kaplan, el prestigioso internacionalista, dice que las grandes crisis son como un botón de fast-forward en temas geopolíticos. Esto es cierto y lo constatamos conforme arrecia la guerra fría sino-estadounidense. Pero lo mismo ocurre en la evolución de sectores y negocios golpeados por la evidente disrupción de la Revolución Tecnológica que ya vivíamos. El sector comercial tradicional, estructuralmente afectado por la Amazonización del consumo, ahora recibe la puntilla de una pandemia que al forzar el cierre físico de tiendas acelera un final inevitable. En Estados Unidos habíamos visto el cierre de cadenas con más de un siglo de existencia: Barney's, Lord & Taylor, Henri Bendel, y ahora se suman otras como Neiman Marcus y JC Penney. Pasa lo mismo con las empresas de renta de automóviles, como Hertz, afectada por el surgimiento de empresas de transporte compartido como Uber.

El gran reto para los gobiernos es cómo utilizar en forma eficiente sus recursos para evitar que los problemas de liquidez de las empresas se vuelvan de solvencia, para apoyar a pequeños negocios impidiendo su cierre permanente, y para aliviar la pérdida de ingreso de quienes ahora están desempleados (en vez de repartir recursos con criterios clientelares a población que no estaba empleada, como se hace en México), pero sin retrasar procesos normales de consolidación y fusión en sectores afectados, y evitando mantener artificialmente empresas que de cualquier forma acabarán quebrando. Lo mismo ocurre en sectores que tendrán que hacer fuertes...

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