José Luis Cuéllar Garza / Lluvias que duelen

AutorJosé Luis Cuéllar Garza

Pocos fenómenos en Guadalajara producen sensaciones y sentimientos tan contradictorios como el de la lluvia, esas espléndidas tormentas que a lo largo de los años han ido variando régimen, horario y calendario hasta volverse impredecibles e inestables, pero que de vez en vez vuelven a ser el espectáculo maravilloso de un diluvio súbito y efímero que sólo se ve en nuestra ciudad.

En un instante el cielo se nubla, inicia un tímido aguacero y de pronto, cae agua a cántaros durante menos de una hora, hasta que amaina la tormenta y tan pronto como vino la sorpresa, llega a la ciudad una sensación de alivio y sobrevivencia que se va quedando mientras bajan los caudales de agua que inundaron arroyos y cauces, calles y avenidas, banquetas, cocheras y umbrales. Es especialmente hermoso escuchar la lluvia de noche, porque el silencio y la oscuridad vuelven aun más imponente el espectáculo de la naturaleza y el ciclo de las estaciones, que en Guadalajara tiene un sentido tan definitorio, simbólico y vital.

Pero sea cual sea la hora de la tormenta, con la lluvia llega la inquietud por la familia si ésta se encuentra fuera de casa y cada vez más, la preocupación por la ciudad y sus habitantes, el temor de pensar que un chubasco semejante estará produciendo angustia, daños y peligro a hogares y familias de algunos tapatíos en cualquier punto de la geografía metropolitana, en donde el azar meteorológico y el mapa de riesgos apunten el dedo del infortunio para poner en peligro la integridad y la vida de sus habitantes, afectar o acabar con su patrimonio y empujarlos a un nuevo ciclo de sobrevivencia en una vida de verdaderos náufragos eternos.

Parece que el temporal de lluvias de este año y lo que va de la temporada de ciclones y huracanes (que se ha desplazado inusualmente al noreste norteamericano), no ha resultado tan grave para México como en otros años y que las inundaciones se han producido en el Valle de México y en nuestra metrópoli, han rondado la periferia, afectando a Tlajomulco, Tlaquepaque y a Zapopan, más que al centro y al oriente.

Y aunque resulta evidente que las obras de contingencia, prevención y corrección...

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