José María Murià / Populismo y elitismo

AutorJosé María Murià

En relación al desafuero que amenaza a don Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno de los millones de mexicanos que habitan en el Distrito Federal, se ha desatado una andanada de insultos, agresiones, acusaciones y vituperios en su contra, que cubren desde planteamientos formales que, compartiéndolos o no, deben tomarse con seriedad, hasta una mayoría de necedades insostenibles en un debate escrupuloso, que se antojan más bien como producto de la pasión y la ignorancia.

Por otro lado, resulta curioso que partes importantes de las cúpulas del PRI y del PAN coincidan sin más en arremeter de manera tan poco razonada contra López Obrador.

En el fondo, salvo en el caso de los pocos denuestos acuciosos, lo que sucede es que el miedo no anda en burro y la gran "cargada" en su contra teme que el rumbo del país cambie, en detrimento de este neoliberalismo descarnado que ha favorecido a unos y ha dado al traste con la vida de las mayorías populares.

De ahí que haya cobrado grandes bríos entre los conformes con la situación el término "populismo", con el que pretenden desacreditar las aspiraciones del "Peje". Con ello, definen todo: la simple acusación de "populista" basta para invalidarlo y dar por buena la posibilidad de que, mediante el desafuero, sean liquidadas sus aspiraciones presidenciales.

Don Carlos Castillo Peraza quien, como buen yucateco ilustrado, era un hombre muy agudo, solía decir que, para la élite mexicana, la diferencia entre un respetable luchador social y un populista suele ser que uno tiene posibilidades reales de ganar; esto es, representa un peligro verdadero de que se les esfumen privilegios y prebendas...

Preferible es, para la "gente de bien", el "elitismo" que Fox ha llevado a mayores niveles, pero que empezó a incrementarse excesivamente en México en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.

Los números que no queremos ver son claros: la mayoría de los mexicanos se ha empobrecido y, lo que es peor, una alarmante proporción ha ingresado a la miseria extrema; la clase media se ha adelgazado y ha perdido energía, debido, por un lado, a que las sistemáticas disposiciones favorables a las grandes corporaciones han liquidado enormes cantidades de medianas empresas y ahora los "clasemedieros" son empleados segundones o tercerones de enormes transnacionales. Quizá lo más grave de este fenómeno es que antes la clase media era una gran generadora de riqueza, ideas y sensatez, en tanto que ahora constituye un gran instrumento...

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