Josefina Leroux / En busca de ser escuchados

AutorJosefina Leroux

Blogs México fue premiado como lo mejor de Yahoo 2004.

El acto de votar trajo consigo la modernidad política. Fueron los ciudadanos con su voto quienes empezaron a construir el Estado nación en el Siglo 19. Muy precario, sin duda, el concepto pues excluyó a la mitad de la población. Fue hasta el 17 de octubre de 1953 que se logró en México el derecho del voto universal y costó a las mujeres un siglo de lucha para ser consideradas sujetos de elección y decisión en procesos electorales.

No obstante, para unos y otras el voto fue una dádiva al pueblo, una forma de callar sus reclamos. Porque, sin voz, cómo considerarnos auténticos ciudadanos y ciudadanas. A pesar de concientizar esta necesidad, la libre expresión es un derecho que tardó 40 años más en encontrar un espacio público.

Tres siglos antes, Guillermo y María, al subir al trono en Inglaterra en 1688, proclamaron el derecho a la libre expresión (sólo) en el Parlamento. Pasaron los años y los siglos evadiéndola hasta que, durante la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Roosevelt en EU proclamó cuatro libertades humanas esenciales, considerando la más importante la de palabra y de expresión.

En el artículo 6 de la Constitución Mexicana se afirma: "La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público; el derecho a la información será garantizado por el Estado". No obstante, en la vaguedad del concepto de moral, orden público y derechos de terceros se cuelan los inquisidores para ejercer su poder y control.

Por encima de todos los reconocimientos del derecho a la libre expresión, la censura sigue siendo la medida más recurrente en todos los lugares del planeta para combatir las ideas. La censura es el rostro de sistemas que monopolizan la verdad y la razón; es el azote con que regímenes autoritarios matan o encarcelan a quienes osan expresar sus ideas disidentes, atrevidas o sencillamente libres. Las llamadas "brujas" fueron víctimas reales quemadas en plazas públicas por difundir sus conocimientos. No fueron suficientes las hogueras para extinguirlas, "brujas" y "brujos" se han reproducido y ante la amenaza que representa su libertad, quemas más sofisticadas y disimuladas tienen lugar hoy día. Y para prevenir la censura surge la autocensura, el miedo a la libre expresión por temor a ser castigado o asesinado (como periodistas que...

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