Joshua Kullock / Otra vez sopa...

AutorJoshua Kullock

Mafalda es aquel entrañable personaje creado por el historietista argentino Quino durante la década del sesenta, que aspiraba a encarnar la clase media latinoamericana y la juventud progresista que se negaba a aceptar el mundo que le estaban intentando legar sus mayores.

Una de las cosas que Mafalda rechaza con especial encono es la sopa. "La sopa es a la niñez lo que el comunismo a la democracia", expresa la niña lúcidamente. Pero a decir verdad, el problema de Mafalda, o de Quino en realidad, no era la sopa, sino lo que ésta representaba: En una época turbulenta para América Latina en general y Argentina en particular, la sopa era la encarnación de los regímenes totalitarios que se multiplicaron en la región, abusando del poder y estableciendo modelos de censura y marginalización de todo pensamiento divergente.

"Otra vez sopa" no era sino el reflejo de la frustración de tantos hombres y mujeres que veían coartadas sus libertades de expresión frente a estructuras cerradas y asfixiantes, cuyo único interés era el de perpetuarse en el Gobierno a partir de la intimidación, el miedo y el terrorismo de estado.

En nuestros días, la SOPA ha vuelto a aparecer con renovada fuerza, pero ahora ya no define a los gobiernos militares sino a uno de los variados intentos de parar la piratería en Internet. SOPA es la sigla en inglés de: "Acta para frenar la piratería en línea," y en las últimas semanas ha levantado un vendaval por sus implicaciones en el uso y manejo de Internet si la ley fuera aprobada en los Estados Unidos.

Las implicaciones de esta iniciativa son variadas. Los sitios web deberían empezar a auto-censurarse, los buscadores deberían funcionar como un gran ojo y dar de baja todo sitio que haga uso de lo que se considera piratería y los servidores tendrían que revisar e-mails personales para pescar usuarios que compartan enlaces indebidos. Asimismo, caerían todas las redes anónimas que funcionan en lugares del mundo en los que no existe la libertad de expresión, y con ellas una importante fuente de activismo y resistencia frente a los totalitarismos de nuestros tiempos.

No es casual que grandes compañías en el ámbito de la música, el cine y la computación se hayan plegado a la SOPA. Estructuras monopólicas que ahora se sienten amenazadas de muerte...

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