Juan Ciudadano / Tamaulipas: pista del $

AutorJuan Ciudadano

Sucesos como la ejecución de Rodolfo Torre Cantú son disparador habitual de propuestas aceleradas y decisiones atropelladas.

Ni en el círculo cercano al candidato, ni dentro de la jerarquía priista, se han escuchado ideas sensatas sobre cómo evitar que el asesinato de candidatos a puestos de elección se convierta en tendencia.

Ésta, de configurarse, sería fatal para la democracia mexicana.

Aturdidos por la tragedia, pareciera que la sensatez es tomada como signo de tibieza.

Entre las declaraciones, propuestas y decisiones sin sentido escuchadas la semana pasada, está el ánimo de Beatriz Paredes de rivalizar con el Presidente Calderón; la propuesta de tipificar los actos de la delincuencia organizada como terrorismo, y la decisión de sustituir al candidato muerto por su hermano.

Tras una reunión del Consejo de Seguridad Pública de Coahuila, el Fiscal General del Estado, Jesús Torres Charles, aseguró que ahí los grupos criminales están disputándose la plaza y operan como terroristas y por lo tanto; "el (objetivo) del Gobierno federal ya no debe de ser atacar a la delincuencia organizada, sino atacar a terroristas".

Me da la impresión que si una acción es hecha con tal de infundir temor en ciertos sectores de la sociedad, como dice la ley, se trata ya de un acto terrorista, no sólo un acto de disputa de un territorio", agregó.

La propuesta es perseguir a las bandas del crimen organizado como a terroristas. Muy bien. ¿Y luego? ¿Es eso lo único que falta para atraparlos?

El problema nacional destapado la semana pasada es la determinación de los cárteles de sabotear elecciones amedrentando y matando candidatos. Primero fueron candidatos a diputados y alcaldes, ahora lo fue un candidato a Gobernador con la elección prácticamente ganada.

Tenemos entonces un reto adicional a la tarea de capturar capos y proteger la vida de ciudadanos inocentes: salvaguardar un prerrequisito básico de nuestro sistema democrático. Tan básico como asegurar elecciones en las que los contendientes no teman por su vida. Resolverlo implica entender cómo se vincula -o no- un candidato con los grupos de interés; los legítimos y los ilegítimos, los legalmente constituidos y los criminales.

Estos vínculos son básicamente de dos tipos: de discurso y de dinero.

En lo primero, el discurso, no parece haber muchas diferencias. Todos dicen más o menos lo mismo: más recursos para la seguridad, mejor...

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