Juan García de Quevedo / El círculo rojo

AutorJuan García de Quevedo

Lo más importante de esta campaña: el carácter irremediablemente subversivo de la inteligencia. Con buenas y malas razones, fijaron agenda y hoy en día lo que se discute es si votar o protestar contra la partidocracia por medio del voto nulo. Todo comenzó con un pequeño grupo y se fue extendiendo con fuerza hacia los sectores ilustrados de la población. El poder de los partidos, las nuevas reglas en la competencia y los excesos de los dineros que se destinan a los partidos. Se buscó la equidad, que no se logró y sí en cambio se desbarató la libertad que tanto había costado. Sucede que hay un desacuerdo entre un sector significativo de la clase intelectual y la clase política. Es verdad que fuera de dos momentos, las campañas en la República padecen catatonia. Las ideas están generalmente ausentes y la competencia se realiza con partidos cuya prudencia causa modorra. Hay una especie de soberbia de los intelectuales que no dan el paso para la militancia partidista porque no existe el partido de ellos, el partido que los refleje a sí mismos, el que necesitan en sus coordenadas intelectuales, y desprecian a los políticos reales y concretos que militan y ocupan puestos de representación popular teniendo como asidero esencial a su partido.

Podemos llegar a la conclusión de que nuestra clase política es tan mala como la selección nacional, con ese mismo enanismo imaginativo y político pero es lo que tenemos, lo que existe, lo que han formado partidos, universidades y sociedad. Los políticos y los partidos no se inventan, nacen de nuestra realidad, los forma nuestra realidad.

Pero por otra parte, el famoso círculo rojo goza de una libertad total e impunidad absoluta para decir lo que es correcto y lo que no es correcto y, sobre todo, apoderarse ante la opinión pública de lo políticamente correcto. Ese es su derecho y lo ejercen a plenitud y está bien. Y lo que está mejor es que le hayan dado a las clases medias tema y agenda de campaña. Para muchos el asunto no es votar por el PRI, PAN, PRD, PT, PVEM, etcétera, sino ir a la casilla a hacer que su voto se...

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