Juan Manuel Durán/ Reingeniería política
| Autor | Juan Manuel Durán |
En estos tiempos, la figura del político está muy desgastada en todo el mundo. Son pocos quienes han tenido una clara visión de las consecuencias que tendría en nuestra vida diaria la revolución tecnológica. La informática y las telecomunicaciones provocaron sin duda la globalización, uno de los cambios más importantes en la historia de la humanidad. Pero también han influido en que se den otros cambios muy importantes incluso en la política.
En los editoriales anteriores hablamos de la reingeniería cultural y de la educativa como condiciones para lograr el desarrollo de nuestro estado y de nuestro País. Ahora vamos a hablar de la reingeniería de la política, actividad que tiene un papel protagónico en el desarrollo de cualquier sociedad.
Desde el momento en que la tecnología permitió que se conociera en todo el mundo de manera inmediata lo que pasaba hasta en el más pequeño y desconocido rincón de nuestro planeta, en ese momento empezaron a caer los sistemas arcaicos y obsoletos de gobernar. La rapidez y el alcance de las telecomunicaciones han logrado en muy poco tiempo avances importantes en la democratización del mundo. El que los gobernantes y políticos de cualquier país estén en los medios de comunicación de manera instantánea ha dado como resultado cambios interesantes en el uso del poder para gobernar.
Los cambios que han sufrido nuestro País y nuestro estado en los últimos años a consecuencia de la revolución tecnológica y la globalización han creado nuevas situaciones y necesidades en la sociedad, lo cual requiere de un cambio radical y profundo en el liderazgo político. Los antiguos métodos usados en nuestro País para llegar a ser político y gobernante han quedado obsoletos. Esta situación crea dos problemas a todos los partidos políticos de México. El primero es encontrar gente que se ajuste al nuevo perfil del político y que tenga un mínimo de experiencia, ya que la mayoría de los actuales experimentados militantes de los partidos se formaron en el México que ya no existe, bajo otras condiciones y necesidades de la sociedad que ya han desaparecido; y por lo tanto tienen un perfil que ya no es el que se necesita para los tiempos actuales. El segundo problema a resolver se deriva del primero, y es el qué hacer con los actuales militantes que no cumplen con el perfil, pero que han trabajado por años y han dedicado su vida al partido, y que ahora han quedado atrapados por los cambios que se están viviendo en el mundo y en el País.
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