Juan Pedro Oriol / Buena nueva

AutorJuan Pedro Oriol

Ayer, mientras conducía, escuchaba las noticias en la radio. Me llamó la atención que hablaban sobre la Navidad en China, en donde no se celebra como fiesta cristiana ni como el nacimiento de Jesús. Sólo el 0.7 por ciento de su población es católica, pero esta cifra implica a ¡10 millones de chinos! Y el periodista comentaba el fervor con que esos católicos chinos viven la Navidad.

El Papa, en su mensaje de Navidad, ha pedido a los católicos del mundo alejarse de las formas paganas de vivir la Navidad y aprender a vivirla con fe. "Si hemos perdido la fe en el misterio de Dios hecho hombre, pidamos hoy la gracia de prepararnos para celebrar con fe la Navidad".

Según la revista Forbes, el Buen Fin y la Navidad representan 50 por ciento de ventas de juguetes, videojuegos y aparatos electrónicos que se registran durante todo el año. De acuerdo a cifras publicadas recientemente por la Concanaco (Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo), una familia mexicana integrada por cuatro personas suele gastar entre 4 y 5 mil pesos en adornos, regalos y la cena de Navidad. Lo peor es que se lastima el gasto corriente familiar. Y si se paga con dinero de plástico, las cosas se ponen peor en enero, cuando la cuesta realmente es una pendiente interminable.

En estos días, nos mandan y recibimos por teléfono innumerables videos sobre la Navidad. Ayer me llegó uno diferente. Es un video que envían los monjes cistercienses de Zamora, Michoacán, como felicitación de Navidad.

Dieciséis monjes entre 24 y 90 años posan sonriendo con sus hábitos blancos y sus manos recogidas, como si estuvieran rezando. El video es sencillo, puro. Y para mí tiene un valor especial porque entre los monjes, está José Ignacio.

Conocí a José Ignacio cuando él tenía 15 años. Hicimos un clic especial. Desde entonces se fraguó entre nosotros una amistad mucho más allá de la relación entre sacerdote y joven que quiere vivir su fe.

Inquieto, generoso, muy buena onda. Compartimos muchos momentos juntos, sobre todo en misiones, y yo veía en él "algo"...

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